Quizás
uno de los mayores problemas que tiene el estado uruguayo es lo obsoleto que ha
quedado su sistema judicial junto con todas las leyes y las penas que lo
adornan, el tiempo ha pasado, la gente y las costumbres han cambiado y eso ha
hecho que lo que ayer podía llegar a ser justo hoy no lo sea, tenemos un
sistema carcelario cargado de corrupción vigilado por policías que por lo que
ganan mes a mes no les tiembla el pulso para dejar pasar lo que sea para
adentro de las celdas siempre y cuando no los compliquen a ellos o a cambio de
verse beneficiados económicamente y que esto les represente un ingreso más de
su magro sueldo.
Muchas
veces las penas máximas o lo peor que se le puede llegar a dar a un delincuente
no es suficiente para aquel que se vio dañado en su integridad, porque hoy por
hoy el nivel de violencia ha subido a un punto tal que por muy poco uno puede
llegar a perder la vida, pero ahí radica el problema el que comete el delito
sabe que en caso de ser atrapado y que se compruebe que el cometió un ilícito la
pena que le puede llegar a tocar va a ser leve para y muy pronto va a volver a
estar afuera, tampoco es un problema que se arregle poniendo cadenas perpetuas
simplemente haciéndole sentir a aquel que comete un delito que la va a pasar
muy mal por lo que hizo y que va a tener que pagar realmente, así como el que
se defiende, la justicia lo debería de amparar y no terminar preso junto a los
que cometen delitos ya que en muchos casos las defensas personales tienen desenlaces
trágicos.
obviamente es un tema muy complicado que tiene
demasiadas aristas, pero que pasan los años y además de agravarse nadie toma el
toro por las astas y comienza a hacer algún tipo de reforma, quizás un buen
comienzo sea por mejorar las leyes y ajironarlas al 2013 y al tipo de delitos
que se cometen hoy en día, dejar de lado aquello de la interpretación de la ley
y que cada juez según entienda aplica las leyes a determinados casos y se
entienda que lo que la gente necesita es que todo se simplifique y que se
empiece a tener en cuenta al ciudadano común que muchas veces tiene que lidiar
con todas estas burocracias estatales.
Gabriel Cortazzo
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