En Uruguay jamás
existió y probablemente no exista la cadena perpetua, el sistema judicial de
nuestro país, no prevé sanciones tan severas, para delitos que quizás si las
requieran, por lo que, las personas que los cometen, volverán a estaren convivencia con el resto de la sociedad
nuevamente.
No
es nada nuevo decir que a nivel social existe una gran discriminación a
aquellas personas que cometieron delitos y una vez cumplida la condena deben
integrarse a la sociedad nuevamente, en un sistema que se encuentra resentido
por los actos que cometieron y en la mayoría de los casos no les vuelve a dar
un lugar ni vuelve a confiar en ellos, por lo que sin más que hacer, su camino
y su historia se vuelve a repetir y a veces de peor forma ya que el sistema de
reclusión uruguayo no es más que una escuela que potencia más a quienes
delinquen.
Obviamente
esta reforma, no hay Gobierno que logre hacerla, ya que para garantizar un
sistema eficiente de reclusión y rehabilitación se debe invertir mucho dinero,
cambiar leyes y tener gente eficiente con preparación al frente de tal gestión.
El
concepto de rehabilitación es la pieza clave de esta historia, hasta que no se
entienda que la reclusión sin un nuevo futuro para esas personas, no tiene
ningún sentido, la creación de un motivo para salir es muy necesario para ellos, para insertarlos en la
sociedad y con esto reducir los niveles de violencia, robos y muertes.
Claro
está que hay que estudiar cada caso y cada situación para poder mejorar los
niveles de inserción en la sociedad, uno de los mayores problemas que tenemos
quienes no estamos en reclusión, es meter a todos aquellos que están privados
de libertad en la misma bolsa.
Quizás sean de los
últimos pilaresde unión, en las
familias disfuncionales del siglo XXI , los abuelos juegan un rol muy importante
en muchas circunstancias. Todos aquellos niños que puedan compartir con ellos
quizás a futuro tengan una formación emocional mucho más completa que los que
no.
El
siglo XXI trajo con su llegada muchos cambios, entre ellos el hecho de que sea
cada vez más normal que los formatos de familias habituales se hayan roto y lo más
común sea ver padres separados con nuevas parejas y niños adaptándose a esa
realidad sin ningún tipo de complejidad, lo que si no ha cambiado es la
presencia y la influencia vital de los abuelos, que son quienes traen al día de
hoy las enseñanzas y valores del ayer.
Muchas
veces son quienes conviven en el día a día con los nietos y conocen más de
cerca sus realidades y avances que los propios padres, que la vorágine actual
los lleva a estar encerrados en trabajos que les consumen el día entero y no
les permite seguir de cerca la realidad de sus hijos más que por los que les
cuentan los abuelos al llegar a casa.
Sin
dudas con valores del ayer crean a su manera una sociedad más justa en donde la
principal herramienta para moverse en la vida para ellos era el respeto, algo
que por estos días está muy devaluado en las nuevas generaciones, así como la
confrontación con los niños de hoy en día, que son nativos digitales, termina
generando un aprendizaje para ambas partes en donde uno termina aprendiendo del
otro y compartiendo su mundo y su realidad, de esta manera los abuelos deben
entender que la velocidad del aprendizaje de hoy no es la misma que cuando sus
hijos aprendían, todo ha cambiado, pero la presencia de los abuelos sigue
siendo de gran importancia en las familias y en la sociedad toda.
Es músico y compositor,
ha editado cinco discos y trabaja en nuevos
proyectos, además es ingeniero de sonido y ha trabajado junto a artistas de
renombre en diferentes producciones, en esta oportunidad paso Pedro Restuccia
por Periodismo en tus Manos
¿De qué manera te vinculas con el mundo
de la música?
Desde niño, acompañando a mi viejo Luis
(ingeniero de sonido) en infinidad de shows en vivo y grabaciones de estudio,
con algunos artistas muy importantes de nuestra música. Creo que haberme
nutrido de todas esas sonoridades y experiencias, fue lo que me dio en un punto
el empuje inicial para aprender un instrumento, luego tocar y formar bandas, y
más tarde empezar a componer mis propias canciones y hacer discos.
¿Qué disfrutas tocar más la batería o
la guitarra?
La batería y todo lo rítmico es algo
bastante natural en mí, me encanta y fue mi primer instrumento. Además, donde
inicié mi camino en la música. Pero luego en la adolescencia descubrí la
guitarra y con ella, el lugar para poder crear… O sea, la herramienta que me
permitió unir las palabras, melodías y armonías: las canciones. Y por eso te
diría que la disfruto más.
¿Cómo podrías definir lo que haces?
Siempre difícil en cuanto a estilo. Te
diría, canciones universales pero con raíz fuerte en la música de nuestra
tierra. Eduqué mis orejas con músicas de todas partes, y como todos mucho rock
y folk anglosajón. Sin embargo, siempre sentí una atracción más especial por la
música de nuestro país, y todo lo que incluye la milonga, el candombe y otros
estilos de “por acá”. Mi canción sigue también por esos caminos… aunque según
el proyecto va tomando una figura. Siempre es una fusión, no tengo un estilo
que pueda definirme. En cuanto a algo más general, un compositor de canciones.
Ni más ni menos.
¿Quiénes son tus principales
influencias o referentes?
Son a todo nivel. Supongo te referís a
influencias marcadas a la hora de componer. Me voy a salir de nombrar a los
obvios. Una veta “de más allá” importante son cosas como Steely Dan, Crosby
Stills & Nash, Bruce Cockburn, Elliott Smith. De más acá, Jorge Galemire,
Jaime Roos, Fernando Cabrera, Spinetta, Pedro Aznar. De Brasil me gusta mucho
Milton Nascimento, Joao Gilberto, Djavan. Y luego muchísimas cosas de otros
estilos que no se notan tanto pero están. También a nivel de las letras y la
poesía podría hacer todo un listado. Soy un melómano fuera de control, escucho
mucha música desde que tengo uso de razón, y por tanto la considero la
principal herramienta educativa que tuve.
¿A qué le cantas?
Según las épocas creo. En un principio
mucho hacia las cosas cotidianas, al amor y la soledad. Eran temáticas que
predominaban mis canciones. Con el tiempo me fui volviendo un poco más
observador de las realidades, de las conductas sociales y humanas que nos
dominan en el presente. Esa temática se volvió muy importante en los últimos
años. En mi último disco Turista, subyace una idea de estar un poco por fuera
de todo, y lejos de los demás en el oficio (creadores, público, colegas)… y ahora
estoy escribiendo bastante sobre el individualismo que nos han generado las
nuevas formas de comunicación, la soledad que no se ve pero se ha ampliado, el
resentimiento que cargamos por culpa de estas nuevas formas. En fin, un montón
de cosas.
¿Cómo surgen tus composiciones?
Casi siempre de músicas y retazos que
voy creando y guardando. Uso mucho eso de crear pequeños pedazos de melodía y
grabarlos en el celular, para luego escucharlos, unirlos con otros y
ampliarlos. Cuando logro una estructura que se parece a “algo”, empiezo a
escribir las letras. Nunca una letra me aparece si no estoy sentado con la
guitarra tocando. Incluso aunque me tome varios meses terminarla, siempre
avanzo con la guitarra en mano. No puedo disociar las palabras de la música que
las acompañará.
¿Crees que la música puede tener algún
tipo de influencia en la sociedad? ¿Por qué?
Las artes, pero particularmente la
música nos hace sentir, decir y reflexionar, lo que es muy difícil con otras
actividades o experiencias. Vaya si influye. Para no hacerlo muy largo, sólo te
voy a hablar mi ejemplo: como compositor mi verdadera forma de expresarme hacia
afuera y los demás, y como oyente me cambia la vida todos los días, y casi
siempre para mejor.
Sos ingeniero de sonido ¿con qué
músicos has trabajado y trabajas en producciones?
Por empezar en todos los proyectos
donde participo. Tanto mis discos solistas, como las bandas que he integrado en
el pasado (Eureka! por ejemplo). También he trabajado como productor artístico
y/o técnico de grabación y mezcla en discos de Luciana Mocchi, Damián Cacciali
e Individuo, Fabricio Panki Breventano, Claudio Taddei, Ariel Cancio, entre
muchos otros. Todos estos discos han sido tan importantes, y les puse tanto
cariño y laburo, que los considero parte de mi discografía también.
Tu música tiene mucha fusión con el
candombe ¿Qué lugar crees que ocupa en nuestra cultura?
Pienso que no tiene el lugar que
merece. Es una de las más auténticas sonoridades de nuestra ciudad. Y saliendo
de la música, una forma de expresión artística y humana a todo nivel. Noto que
ha ganado terreno en los últimos años, y eso me alegra, pero falta mucho camino
aún. El candombe hay que respetarlo y fortalecerlo: darle más espacios,
tocarlo, estudiarlo. La mayoría de las canciones que hago lo tienen de forma
implícita, aun cuando esté tocando otro estilo aparentemente muy diferente.
¿Cuáles son tus proyectos en la
actualidad y que es lo que se viene?
Estoy en varias cosas a la vez, como me
suele suceder. Primero y principal, terminando una pequeña película/documental
que se va llamar “Las Raras Tuercas” junto al realizador Manuel Rodríguez Rico.
Se trata de un proyecto audiovisual basado en 5 canciones inéditas, compuestas
y grabadas en 2018 en vivo en el estudio de grabación. Musicalmente es una
sonoridad formato “power trio”, y lo más rockero y visceral que he grabado en
mi discografía solista. Es un material bastante oscuro, de un momento muy
triste de mi vida, pero que me resultó muy catártico de poder convertir en
música.
En paralelo, estamos avanzando en la
publicación de algunos videos en vivo de las presentaciones del disco
“Turista”, en las diferentes salas recorridas entre 2017 y 2019.
Y finalmente, avanzando en la
composición de canciones nuevas, que supongo para el año próximo puedan
decantar en un nuevo disco.
Desde tecnologías
obsoletas a fabricas contaminantes, con el paso del tiempo América Latina se ha
convertido en el vertedero de Europa, lo que no sirve, molesta, contamina o ya
no le es útil, lo recibimos nosotros de brazos abiertos.
Para
hablar de este tema nos tendríamos que remontar a cuando comenzó la relación
entre los indígenas habitantes de toda América y los europeos que los
utilizaron como esclavos, para poder quitar las riquezas de nuestras tierras y
llevárselas a su continente, desde ese momento, quedamos sentenciados y
subordinados, bajo el pie de los llamados primer mundistas, quienes nos marcan
que es tendencia, lo que está bien o mal y además tienen clara influencia sobre
los países dependientes.
Si
ben las independencias de los pueblos latinoamericanos quedaron plasmadas en
papeles y en diferentes pinturas de época, la actualidad nos muestra que
tenemos una clara necesidad de ayuda y esa relación les genera a los
occidentales cada vez más enriquecimiento, el cierre de fronteras a emigrantes
tanto latinos como africanos, es hoy el antagonismo más severo a lo vivido a
principios del siglo XX y no hace más que generar remordimiento y resentimiento
hacia los del norte.
América
tiene la particularidad de ser un territorio muy rico de forma natural, que en
muchos casos fue devastado de forma irremediable, por lo que la necesidad de
tener que depender de los países desarrollados será casi perpetua, quizás el
dolor pasa porque esa relación la crearon ellos y la perpetúan en el tiempo
también, sin poder dejar avanzar a países que podrían ser potencias a nivel
mundial, pero que por diferentes motivos no lo son ni lo serán.