martes, 12 de septiembre de 2017

ENTREVISTA CON LUCIA TRENTINI



Es cantante, actriz y directora de teatro, supo formar parte de una de las bandas más importantes del rock uruguayo como lo es La Tabaré, actualmente se encuentra  presentando una obra junto a Josefina Trias en la sala Zavala Muniz, llamada “Inconfesable”. En esta oportunidad paso por Periodismo en tus Manos, Lucia Trentini.


 ¿Cómo nace tu amor por el teatro?

El amor hacia el teatro siempre estuvo en mí. Desde muy niña tenía clara mi vocación y la expresé cada vez que tuve posibilidad, hasta que me integré al elenco local de mi ciudad natal, Durazno.

¿En qué rubro incursionaste primero en el teatro o  la música?

La música y el teatro fueron dos pasiones que siempre desarrollé en paralelo, incluso ahora lo sigo haciendo. Desde chiquita cantaba con mi padre con la guitarra y desde mis inicios me formé en el conservatorio de mi ciudad hasta que me vine a vivir a la capital. Cantaba y actuaba en donde hubiera un hueco. Ahora me gusta conjugar esas artes en el teatro, en mis obras el plano sonoro y la palabra hablada tienen un protagonismo importante. También me pasa a la inversa, en mis canciones la interpretación está intrínseca.

¿Cómo llegas a La Tabaré y a que se debió tú salida de la banda?

Entré a la banda en el año 2008. Recién había salido de la EMAD y me encontraba trabajando en un curso de postgrado con el director Roberto Suárez. Llegué ahí porque era actriz, y Tabaré también. Era enero cuando llegaba de un viaje en Cuba en el cual había estado cantando con un cantautor de allá, era mi primera vez, y recibí la llamada telefónica en el Nokia 1100. Tenía 23 años, siempre había cantado pero nunca de un modo profesional. Dos semanas después estaba cantando en el Punta Rock, Para miles de personas. Yo había escuchado la banda de adolescente y me gustaba, pero nunca se me había cruzado por la cabeza estar ahí. El juego fue muy divertido y de gran crecimiento. A partir de ahí empecé a estudiar canto en la escuela de música, conocí gente hermosa con quienes también emprendí nuevos proyectos musicales. Con la banda me aprendí muchísimo, hubo una época de muchos escenarios y eso te da mucho fogueo y yo le saque provecho. Grabamos un disco e hicimos espectáculos en los que se conjugaba el teatro ya mí me copaba. Luego el entusiasmo se fue perdiendo, en la banda cambiaban seguido los músicos y eso implica un volver a empezar, tocar menos, ensayar más, el repertorio se vuelve repetitivo, y había algo de exclusividad que no me estaba dejando actuar. Necesitaba exigirme más y desarrollarme como artista, en la banda no me estaba sintiendo del todo plena. Se empezaron a superponer cosas y elegí hacer mi propio camino.

En cuanto al teatro ¿en qué lugar te sentís más cómoda como directora o arriba de las tablas?

Soy un bicho de teatro. Como directora he estrenado sólo dos trabajos, en uno de ellos incluso actué a la vez que dirigí. Son cosas bastante distintas y poco comparables una con la otra. La actuación me fascina, me encanta poner el cuerpo, y dejarlo todo ahí, luego de actuar hay una energía increíble que se libera. Como directora el rol es bien diferente, pero me apasiona de igual modo. Soy creadora, me gusta estar en todo, profundizar en todos los sentidos. Materializar una idea, verla de afuera a la vez que ponerle el cuerpo.

¿Cómo tomaste las críticas realizadas por tu trabajo en Cumbia Club?

Las críticas para mí en lo personal, son herramientas sobre las cuales construyo y me desarrollo, considero  además que son fundamentales para el crecimiento de cada artista. Me gusta trabajar sobre el fracaso y no tenerle miedo a eso. Experimentar y desafiarme, incomodar.
En mi desarrollo dentro de Cumbia Club jamás me sentí criticada, es un proyecto muy nuevo y no siento que se me hayan realizado críticas.
Si hablamos de “las críticas” refiriéndonos a un comentario puntual en las redes sociales, pienso que eso habla más de la otra persona que de mí misma.
Soy una artista versátil. Actúo y canto desde siempre. Me estoy desarrollando también en la dramaturgia y en la dirección en el último tiempo, me desarrollo con profesionalismo, responsabilidad y muchísimo amor a lo que hago, a lo que dedico mi tiempo. Mi autocrítica es potente y siempre me estoy re pensando, sola y con colegas que me acompañan en el viaje y de quienes también aprendo muchísimo.

¿Cuál es tu opinión del momento actual de la música uruguaya?

Estoy en un estado idílico con la música nacional. Creo que tenemos un país lleno de músicos maravillosos y me salteo a los ya reconocidos y venerados. En Uruguay, levantas una piedra y sale un músico, un pibe cualquiera con un lenguaje musical propio y desarrollado, tanto en lo académico, como en lo popular o lo experimental. Hay que dejarse inundar y sorprender por esa bendición.

¿Crees que el teatro uruguayo tiene el lugar en la sociedad que se merece?

Es una pregunta que no puedo contestar: “¿Cuál es el lugar que el teatro se merece en la sociedad?”, No lo sé. Yo hago teatro porque tengo cosas que decir, porque necesito hablar en nombre del lugar al que pertenezco, de la generación y la era de la que formo parte. Porque tengo cual y tal dilema y quiero construir sociedad, cuestionarla.
Lo que siento hoy con el teatro es que la gente no va. Si yo te preguntara: ¿Cuántas veces fuiste al teatro en el último mes? O si te pidiera que le preguntes a tus propios amigos si llegaron a ir alguna vez. La gente no va, porque no es algo vendible, porque muchas veces la gente no sabe lo que es, nunca lo experimentó y porque además tampoco genera dinero y entonces a nadie le importa. ¿Merecemos ser la sociedad que somos?

¿Cómo fue tu experiencia fuera de fronteras junto al teatro?

Viajar con el teatro es de las cosas más maravillosas que existen. Tuve mis primeras giras en la adolescencia temprana y empecé ahí por conocer mi país.  Desde hace un tiempo he viajado mucho por el exterior con diferentes obras y montar e ir de pueblo en pueblo es inexplicable. Más allá de la aventura, del encuentro e intercambio con otras culturas y del placer de conocer lugares inimaginados, es otra forma de hacer oficio, montar obras y adaptar el cuerpo a los espacios además de ganar un poco dinero.


¿Se puede vivir del arte en Uruguay?

Es muy difícil. El trabajo artístico en Uruguay es poco valorado. Es otra de las cosas que aprendés cuando salís del país, que la gente te aplaude de pie y te invita la copa, te compra la entrada, te paga por hacer lo que haces y además te felicita. Acá el trabajo artístico está asociado al ocio, como si los creadores nos rascáramos a dos manos y nada más. Por lo general pago para llevar adelante mis proyectos: hacer una escenografía, un vestuario, ir al ensayo, lograr difundir un trabajo, todo eso cuesta plata y es plata que no se recupera con venta de entradas. Hoy existen algunos fondos que subvencionan el trabajo o parte de él y eso te ayuda mucho, pero escribir una obra, ensayarla y ponerla en escena te lleva horas de trabajo y de sueño que nada puede pagar. En el último tiempo he trabajado mucho en el exterior y con eso genero algún ahorro que guardo para poder mantenerme y así voy, una cosa acá, otra allá. Hoy que soy joven y no tengo hijos me la juego a mi carrera y no me importa dejar de lado el confort. Andar en bicicleta, olvidarse de algunos lujos y meterse de lleno e la escritura y la creación.

¿Cuáles son tus proyectos en la actualidad a nivel personal y artístico?

Estoy en un momento de muchísima proliferación a nivel creativo. Éste año presenté mi primer disco solista CICATRIZ y acabo de estrenar una obra de mi autoría en la que dirijo y actúo INCONFESABLE, sonata para dos actrices, está ahorita en cartel. Paralelamente estudio dramaturgia en una tecnicatura que acaba de abrirse entre la Universidad y la Emad. También tengo pensado irme en gira en Octubre a España donde presentaremos Rabiosa Melancolía, una obra de Marianella Morena, una directora que quiero mucho y con la que compartimos varios proyectos. Respecto al futuro, estamos investigando para una  nueva puesta con un grupo de colegas y tengo pensado escribir todo el verano, hay muchas ideas dando vueltas en la cabeza. Será cuestión de hacer una pausa para organizar el futuro. Lo que sí es claro es que seguiremos haciendo canciones, música y teatro, separado  o todo junto.








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