Es escritor, músico y periodista,
sin dudas uno de los referentes de la literatura infantil uruguaya, con libros
como Pateando Lunas o Las Aventuras del Sapo Ruperto, marco la infancia de toda
una generación de niños a través de literatura, actualmente sigue generando
propuestas tanto a nivel musical como a través de sus cuentos. En esta
oportunidad paso Roy Berocay por Periodismo en tus Manos.
¿Qué surgió primero en tu carrera
el escritor, el músico o el periodista?
--Tal
vez fue algo que se dio de manera simultánea. Comencé a escribir algunas cosas
a los 15 años, al mismo tiempo que intentaba aprender a tocar y me integraba a
una banda de rock como cantante. De a poco, a medida que aprendía, también
comencé a componer. Como sea, mi sueño inicial siempre fue de ser músico y lo
de ser escritor se fue dando más adelante, a eso de los 19 años…
¿Qué te llevo a volcarte por la
literatura infantil?
--Yo
tenía publicada una novela para adultos, Pescasueños, y el editor de ese libro
me pidió escribiera un libro de cuentos para niños porque, por mi estilo e
imaginación, creía que yo podía servir para eso. Así nació Aventuras del sapo
Ruperto.
¿Cómo surge “El sapo Ruperto”?
--En
unas vacaciones uno de mis hijos jugaba con un sapo, al que le puse ese nombre
y luego lo usé en cuentos que les inventaba de noche, que terminé escribiendo.
En tu carrera has sabido ganar
varias veces el premio Bartolomé Hidalgo ¿Qué lugar ocupa tu vida ese nivel de
reconocimiento? ¿Influye en lo que haces?
--Los
premios son solo reconocimientos momentáneos que se olvidan dos días después y
no tienen influencia alguna en lo que hago. Es más, hace muchos años que ya no
me presento más al concurso anual del MEC porque creo que los premios de ese
tipo sirven para impulsar gente nueva. En el caso de los Bartolomé yo recibí
tres y un cuarto a la trayectoria. Luego de ese, que fue hace años, nunca más
estuve nominado. De todos modos los premios siempre son subjetivos y dependen
de quienes son los jurados del momento. Por poner algún ejemplo Pateando Lunas
o El abuelo más loco del mundo nunca ganaron premios.
¿Cuáles son algunas de las
diferencias entre escribir para niños y hacerlo para adultos?
--Para
mí en cuanto a la técnica narrativa, ninguna. Lo que varía es la temática. Pero
en realidad es más difícil lograr mantener la atención de un niño que de un
adulto.
¿Cuánto influye la realidad por
la que atravesamos en lo que haces?
--La
realidad obviamente influye en todo, en tanto te moldea como persona, la
persona que escribe o hace música. Así que directa o indirectamente esas cosas
se cuelan en todo lo que hacés.
Actualmente ¿a qué le dedicas más
tiempo a la música o a escribir?
--Reparto
el tiempo, pero en realidad dedico mucho más a la música, ya que implica
ensayos, actuaciones, grabaciones, etc. Escribo unos dos libros por año, más o
menos y tocar lo hago todo el tiempo.
¿Tenes algún referente en lo
relativo a la literatura infantil?
--El
primer gran referente fue Quiroga, Los cuentos de la selva. Me interesaba mucho
esa manera directa y simple de contar, que hacía que, al leer un cuento a mis
hijas cuando eran pequeñas, no tenía que explicarles nada, ni situaciones, ni
palabras. Eso me acompañó siempre, la intención de ser sencillo y directo y
escribir en un lenguaje cotidiano. Después que comencé, por recomendación de
otros, leí a Roald Dahl, que fue una gran influencia en cuanto a derrumbar
posible prejuicios de hasta donde se podía ir y un libro llamado Konrad de un autora austríaca, que debe ser
de lo mejor que leí para niños.
¿Cuáles son tus proyectos
actuales a nivel personal y profesional?
--En lo
personal seguir adelante apoyando esta hermosa y creciente familia que hemos
construido, tal vez hacer un viaje algún día. En lo profesional seguir
escribiendo y haciendo música y perfeccionando mis conocimientos de técnicas de
edición y grabación de sonido, que es una vocación que se me despertó hace poco
y vengo estudiando ya desde hace más de un año.
¿como se te ocurrió el cueto PATEANDO LUNDA?
ResponderEliminarse me ocurrió un día que escuche una niña que que quería jugar a el fútbol y pensé que era buena idea
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