El avance de la
tecnología, día a día repercute sobre los puestos laborales en diferentes
empresas que buscan aggiornarse al tiempo en el que vivimos, pero que en ese
afán, deterioran cada vez más la necesidad de mano de obra.
El
pasar por sistemas de cobro, en los que uno mismo hace la gestión de forma
electrónica, en diferentes comercios, quizás sea de los ejemplos más claros,
que resaltan el cambio de rumbo que empieza a tomar la vida laboral de la
gente. El ya no ser necesarios para tareas que hasta no hace mucho la presencia
de un ser humano era indispensable, hace que estemos ante un cambio de
paradigma de la utilidad del hombre, entendiendo a este como especie a nivel
laboral.
La
incursión de nuevas tecnologías que producen más y mejor a menos costos, ha
particionado la mano de obra entre aquellos que dominan a las maquinas, las
programan, arreglan y fabrican y los que quedaron marginados por estas y deben
reciclarse laboralmente, tratando de buscar algún tipo de trabajo en el que se
pueda tener alguna utilidad sin ser sustituidos por una máquina.
El
no tener políticas laborales que toquen este tema genera, que puedan existir
plantas industriales totalmente automatizadas que no cuenten casi con la
presencia de operarios, hecho que probablemente va a terminar desembocando en
una gran crisis ya que cada vez existen menos puestos de trabajo para más mano
de obra y este hecho no está directamente relacionado con la falta de inversión
sino con la postura que toman los empresarios a la hora de elegir entre una
persona y las diferentes tecnologías.
El
reciclarse de forma útil en la actualidad, parece tener que ver con la utilización
de nuevas ideas y sobre todo empleadas a nuevas métodos, como las aplicaciones
para celulares, de cualquier manera en algún momento se debería de tener en
cuenta algún tipo de política laboral para que tanta gente no siga quedando
excluida del sistema.