ENTREVISTA A OPE PASQUET

 Es abogado, miembro del partido Colorado y a formado parte del parlamento en varias legislaturas llegando a ser presidente de la Cámara de Representantes durante la 3ª sesión (2022). En esta oportunidad paso por Periodismo en tus Manos Ope Pasquet.

¿Qué importancia crees que tiene a la hora de hacer política, ser un profesional como nos tiene acostumbrados la historia con abogados, doctores economistas, etc.?

Tener buena formación ayuda, sin duda, a la hora de desempeñar cargos políticos y de gobierno. Pero nuestra historia registra varios ejemplos de líderes sin título universitario (José Batlle y Ordóñez y Wilson Ferreira, por ejemplo), e incluso de gobernantes muy populares que nunca pasaron por la Universidad (Tomás Berreta, José Mujica). Por otro lado, está lleno de profesionales universitarios que tienen menos sentido político que un ladrillo. Así que no hay que exagerar con la exigencia académica. Es útil tener formación, pero para hacer buena política se requiere mucho más que eso.

¿Qué opinas de la renovación que se viene dando a nivel político con nuevos actores jóvenes que buscan marcar presencia a través de acciones que llamen la atención de las masas? Cambiando con esto un poco la forma tradicional de hacer política.

Bienvenida la renovación y bienvenidos los jóvenes; pero como pasa también con los veteranos, algunos jóvenes hacen las cosas bien y otros no. Yo estoy a favor de la buena política, con independencia de la edad que tengan los que la hagan.

Desde hace muchos años has tenido una intensa actividad a nivel parlamentario. ¿pensas seguir en esa línea de cara a las próximas elecciones o es hora del paso al costado?

No lo he resuelto aún; cuando llegue el momento de tomar decisiones, lo conversaré con mis compañeros.

¿Crees que el Partido Colorado ha tenido el lugar que se merece dentro de este Gobierno de coalición?

El Partido Colorado está bien representado en el Poder Ejecutivo y en la Administración Autónoma y Descentralizada. Son coloradas las personas que están a cargo de organismos clave: Robert Silva en la ANEP, Isaac Alfie en la OPP, Gabriel Gurméndez en ANTEL, Fernando Mattos en el MGAP, etc. Eso no quiere decir que el funcionamiento de la coalición sea óptimo; seguramente hay mucho para corregir y para mejorar.

Pasado el tiempo y buscando hacer alguna especie de análisis ¿crees que fue la mejor opción para el Partido Colorado como tal, haberse unido a este gobierno?

Sí, no tengo ninguna duda. El Partido Colorado es parte integrante de este gobierno y su bancada parlamentaria es decisiva para que haya una mayoría que lo respalde. La alternativa a la coalición republicana es la coalición del FA; no hay terceras opciones.

¿Crees que la sociedad uruguaya esta preparada para poner en la mesa temas como el de la eutanasia?

La sociedad uruguaya ha sido históricamente receptiva a las innovaciones importantes: el divorcio, y en particular el divorcio por la sola voluntad de la mujer; el derecho de la mujer a ser electora y elegible; la igualdad de derechos civiles entre la mujer y el hombre; en el plano laboral la ley de ocho horas, el descanso semanal, los Consejos de Salarios; y la lista podría seguir. Con la misma amplitud de criterio con la que aceptamos las reformas mencionadas y muchas más, aceptaremos la despenalización de la eutanasia para ayudar a los que están agobiados por el sufrimiento incurable.

 ¿Qué opinión te merece la marcada posición que existe a nivel social en cuanto a las ideas políticas? ¿Crees que nos juega a favor o en contra?

Creo que es bueno que haya una sociedad politizada y atenta a la cosa pública; esa actitud de la ciudadanía es la que contribuye al fortalecimiento de las instituciones democráticas. Lo malo y peligroso es la intolerancia, la falta de respeto por el que piensa diferente, la actitud agresiva hacia el adversario político; estas son las patologías de la política, que es deber de los partidos señalar y corregir a través de la educación cívica permanente que resulta de la acción madura y responsable, tanto del gobierno como de la oposición.

Mirando un poco hacia adelante ¿crees que va a seguir existiendo la polarización de los dos partidos tradicionales de nuestro país o hay una tendencia a que se terminen fusionando?

Creo que seguirá habiendo coalición entre blancos y colorados, por lo menos, por todo el tiempo que yo puedo prever. A través de los años se han venido formando en la sociedad uruguaya dos grandes bloques, el que hoy gobierna y el que se agrupa en el FA, y no veo probable que eso desaparezca. Pero el que blancos y colorados integren el mismo bloque no quiere decir que se vayan a fusionar; hay diferencias entre ellos que siguen existiendo y que contribuyen positivamente a la riqueza de la coalición que constituyen.

¿Cuál es tu posición ante las propuestas hechas por el gobierno para la reforma jubilatoria y la de la educación?

Apoyo tanto la transformación educativa que desarrolla la ANEP como la reforma de la seguridad social que está a estudio del Parlamento. En el Compromiso por el País ya habíamos expresado nuestra voluntad en el sentido de impulsar y concretar estos cambios, que consideramos indispensables para despejar y ensanchar los horizontes del país y de su gente.

¿Qué opinión tenes de la actualidad del país a nivel social?

Más allá de los vaivenes de la economía, que hacen que mucha gente viva con dificultades serias y otros ni siquiera puedan satisfacer necesidades elementales, el gran problema que yo veo es el de las carencias educativas de vastos sectores sociales. Apenas un 40 y poco por ciento de nuestros jóvenes completa la enseñanza media. En estas condiciones, es muy difícil ingresar a pie firme en la economía del conocimiento y alcanzar los niveles de desarrollo necesarios para mejorar decisivamente la calidad de vida de los uruguayos, Sin duda, en perspectiva de mediano y largo plazo, el gran desafío que enfrenta el Uruguay es la educación de sus niños y jóvenes.

 

EL SINDICATO UNA HERRAMIENTA QUE PASO DEL AMOR AL ODIO (EDITORIAL + PODCAST)

  

Sindicato: Asociación de trabajadores constituida por la defensa y promoción de intereses profesionales, económicos o sociales de sus miembros.

Para empezar a hablar de los sindicatos y de su surgimiento en el Uruguay, nos tendríamos que remontar a 1870 aproximadamente cuando se consolido la Liga de Tipógrafos de Montevideo el primer sindicato oficial de nuestro país. A partir de ese momento, se comenzó a escribir la historia de la defensa de los derechos de los trabajadores, que por obviedad han tenido desde siempre como su gran antagonista a la patronal.

Es indudable que a lo largo de todo el siglo XX las luchas de tipo sindical, a nivel mundial, lograron obtener avances impensados para la época. Si no hubiese existido una organización de este tipo con la consciencia clara de a donde se quería llegar para mejorar las relaciones, las realidades que hoy en día reconocemos como normales jamás hubieran existido ya que estas se dieron tras largos procesos de lucha que buscaron hacer entender que los trabajadores son poseedores de derechos y que son tan humanos como sus empleadores, este último punto a mediados del siglo XVIII, parecía no estar del todo claro ya que los obreros realizaban jornadas interminables de trabajo, con muy poca remuneración económica y casi ningún beneficio que le mejorara sus situación laboral. Obviamente esta realidad rozaba el esclavismo que por aquellas épocas estaba bastante normalizado a nivel mundial.

Para ese entonces los sindicatos se transformaron en lugares en donde los trabajadores se podían sentir respetados y protegidos por el sistema, que con el paso de los años y a fuerza de llevar a cabo diferentes movimientos de tipo obrero se fue volviendo cada vez más fuerte.

Como en todos los órdenes de la vida el poder corrompe y en el caso de los sindicatos conforme pasó el tiempo, empezaron a tener más relevancia en la vida social y esta realidad fue el comienzo para que empezaran a aparecer diferentes “puestos” dentro de las organizaciones obreras a los que muchos quisieron y quieren acceder aun en la actualidad ya que, por estar en los mismos, se goza de determinados veneficios.

 A lo anteriormente mencionado se le sumo que las organizaciones de trabajadores afiliados a una central sindical han empezado a imponer en muchos casos sus condiciones para llevar a cabo una labor dentro de empresas de tipo privadas, generando con esto claramente el descontento por parte de la patronal.

Ante esta mirada contraria a la realidad de los patrones, muchas compañías se volvieron reticentes a la posibilidad de que sus empleados se organicen ya que en muchos casos este movimiento termina afectando la productividad de las empresas a tal punto que en varios casos los capitales extranjeros han decidido abandonar el país al no poder lidiar con los pedidos del sindicato, generando con esto el aumento de la desocupación y por lo tanto el incremento de la inestabilidad económica.

De cualquier forma, se podría decir que el Uruguay es un lugar de avanzada en lo referente a los derechos de los trabajadores, ya que muchos países ultra industrializados, no cuentan con la protección a nivel de derechos y salario que tienen los obreros uruguayos.

Con el paso del tiempo y el entendimiento de muchos, de cuál es el rol actual de los sindicatos en Uruguay, empezó a aparecer una nueva forma de manejarse dentro de las empresas por parte de los obreros y es la de no estar del lado del sindicato, pero si pelear individualmente por las necesidades propias, generando con esto alianzas en solitario con la patronal y mejoras personales y puntuales  para algunos trabajadores, que terminan haciendo funcionar al sistema por fuera de la realidad colectiva que plantean las organizaciones sindicales.

Ante esta situación que cada día va en aumento y comienza a normalizarse como una forma de actuar por parte de empresas y trabajadores las fuerzas obreras sin duda se encuentran en la actualidad en una etapa de cambio de paradigma, en donde existe un cuestionamiento real de qué lugar y que rol ocupan a nivel social y como lo hacen.

 

 

LOS HIJOS DE LA ERA DEL NO

 

Todas aquellas personas que promediamos los treinta años, muchas veces nos sorprendemos cuando vemos a nuevas generaciones que, desde chicos, parecen moverse por la vida con una soltura que sin dudas nos asombra. Con el paso de los años y los cambios a nivel social que se han ido produciendo, las exigencias para los más pequeños se han ido modificando al punto de que hoy en día tienen la capacidad y la potestad de poder enfrentar a sus mayores de referencia sin dudarlo cuando entienden que una situación, puede no ser beneficiosa para ellos.

La accesibilidad a la tecnología de la mano de la globalización ha transformado a estos pequeños en seres que aparentan mucho más edad de la que tienen y en consecuencia se empieza a generar que se salteen determinadas etapas de la vida que nosotros vivimos al pie de la letra.

Es muy difícil hoy en día para los padres, sobre todo para los que trabajan, tener un control absoluto de lo que sus hijos consumen a través de los diferentes dispositivos móviles, esta situación obviamente no fue ningún tipo de padecimiento para nuestros padres ya que ellos nos podían controlar y dosificar cualquier tipo de entretenimiento al que quisiéramos acceder, las instituciones dentro de la familia por aquella época gozaban de un fervor inusitado. Este último punto claramente ha cambiado con el paso de los años y los formatos de familia han ido mutando, generando con esto que aquel respeto y quizás ese miedo por las autoridades familiares haya desaparecido.

Es muy difícil que un niño de hoy en día lo primero que escuche ante un pedido, sea un no cerrado y rotundo y que a partir de esta respuesta tenga que ingeniárselas para hacer cambiar de opinión a sus mayores. El hecho de haber estado en el lugar del censurado nos transformó en personas que no queremos que eso se repita y hoy desde el lugar del otro, logramos volvernos más permisivos.

El punto es hasta donde está bien ser tan condescendiente con alguien que en realidad necesita educación y formación para poder llevar adelante una sociedad mejor el día de mañana y no ayudar a que las frustraciones o el no ocupen un lugar de conflicto en su vida, generándole con esto una problemática a la hora de vincularse con su entorno y hasta con las futuras relaciones de tipo personal que pueda tener con parejas o amigos.

Si bien el tener una respuesta negativa en casi todo dentro de nuestra crianza no es un hecho del que nos podamos vanagloriar, pero que sin dudas nos fue forjando en el camino para intentar salir adelante, sabiendo que él no es una opción para seguir y no el final de algo. El querer tener a nuestros hijos entre algodones no hace más que ponerles extra de dificultad en el duro camino que a ellos les tocara recorrer, tanto a nivel social, como laboral, económico, etc.

Lo difícil es buscar el punto medio entre la protección, la educación y el poder consentir a quien queremos sin generarle un daño a posterior, sin dudas que ser padre o madre es uno de los desafíos más complejos que la vida plantea.