Argentina vive unos de los momentos mas vergonzosos a nivel
internacional, la suspensión de la final de la Libertadores sin dudas quedara
para la historia como un hecho totalmente bochornoso.
La suspensión del River – Boca sin
dudas marcara un precedente bastante extraño a nivel futbolístico y social, es la
clara demostración de que las crisis sociales se trasladan al deporte, quedo
totalmente demostrado en un accionar violento sin ningún tipo de limites por
parte de la afición de River Plate.
Es raro pensar que teniendo la
fiesta perfecta, que cualquier país la quisiera tener, se esforzaran tanto para
poder llegar a la determinación de que ese partido se juegue en otro país, ya
que será casi imposible que estos dos equipos se vuelvan a ver las caras por lo
menos en corto plazo en su lugar de origen.
De cualquier forma, el partido se
jugará igual, aunque ya se perdió todo tipo de emoción por lo que pueda llegara
a pasar, la dilatación del juego y el entorno de violencia vivido hizo que el encuentro
perdiera toda la magia posible que podía tener, a esto se le sumo el mal manejo
que hizo la prensa arengando a algo que realmente no era, llamándolo “la final
del mundo”.
Esperemos que en Uruguay se tome consciencia
de lo vivido y no dejemos que este tipo de actitudes y malos manejos se
propaguen a nuestro país, por otro lado, lo ideal sería de que el partido
termine lo mejor posible y este hecho pase al olvido por parte de todos los que
viven y disfrutan realmente el fútbol.