miércoles, 2 de octubre de 2013

ENTREVISTA A CARLOS BENAVIDES

Tuvimos la oportunidad de entrevistar para Periodismo en tus Manos a unos de los músicos mas grandes de nuestro país.

¿Cuál es tu primer acercamiento con la música?
Desde niño,  mi madre estudiaba el acordeón a piano, mi hermano también, mi abuelo Héctor, por parte de padre, era un guitarrista excepcional. Recuerdo que  me sentaba a escucharlo y una de las cosas que  me asombraba  era verlo ejecutar y gozar de esa música.  Simplemente estaba tocando porque a él le gustaba y se divertía con eso. Creo que ahí comencé a mi relación íntima con la música. La radio fue un vehículo fundamental también. Cuando me levantaba para ir a  la escuela  escuchábamos folklore: Antonio Tormo, Atahualpa Yupanqui, Aníbal Sampayo,  los Fronterizos, Los Chalchaleros, Eduardo Falú y me fueron gustando esas canciones. Las cantaba a capela y a puro grito... En la escuela estuve en las corales desde cuarto año, eso fueron los principios. Todavía no había empezado a tocar la guitarra, mis viejos no me podían comprar una guitarra, pero igual en la casa de un amigo, el padre tenía una guitarra, en ella aprendí mis primeros acordes, ritmos, y sume un gran repertorio.

¿Es importante para un músico divertirse haciendo música?
Yo te diría que he tratado de aprender en cada momento de mi vida y lo sigo haciendo. No diría diversión, porque me parece algo liviano, para pasar el rato, lo llamo amor, dedicación, tanto más aprendo más sé que no se nada. >Debo agregar que todos mis amigos, mis hermanos del corazón, los del barrio y de toda la vida, también tocan la guitarra y cantan, Horas y horas de canciones guitarra y mate amargo, escuchando montañas de discos y no solo de folclore. Unos melenudos de Liverpool nos rompieron la cabeza e hicieron crecer melenas.
Decía un vecino: -"Estos muchachos flacos y con esas melenas parece escobas al revés"-.También los Rolling, Tótem,  tiempos en que las radios  "·masacraban" con el "Club del Clan" tratábamos de conseguir otra música. Fue cuando llegaron Alfredo Zitarrosa y "Los Olimareños"
Para mostrarnos que se podía crear canciones con profundas raíces uruguaya. El Sabalero, Viglietti, Tabaré Etcheverry. Osiris,
Aníbal Sampayo, que venía conmigo desde la infancia. Ahí ha mediado de los sesenta comencé a escribir mis primeras canciones.

¿Qué es el Grupo de Tacuarembó?
Así lo llamó Carlitos Martins, amigo nuestro, periodista que trabajaba en CX 30. (…) como trabajamos juntos en la casa de Washington Benavides, Eduardo Darnauchans, Eduardo Larbanois, Eduardo Lagos, estaba también Eduardo Milán, Víctor Cunha. Numa ya andaba en el exilio. El "Bocha" “los Eduardos", Darnauchans  y yo realizábamos recitales de canto y poesía.  Recitales integrados con un hilo comunicante
Entre versos y música, a veces como solistas, otras veces integrados, donde se sucedían baladas, milongas, candombe, folk, chamarritas,  y toda gama de ritmos y giros melódicos trabajados en horas y horas de creación en la casa de Bocha, Nene y Pablo. Todos seguíamos estudiando guitarra, armonía, canto, fue, es y será necesario.

¿En qué circunstancias llegas a la capital?
 Después de presentarme en distintos festivales por el Interior. Siempre digo que allá por enero de 1973, fui ganador como solista del festival de Folklore en el Club Estudiantil de Paysandú. Fue ni bautismo como solista y lo recuerdo, viajaba todos los viernes de ese mes de Tacuarembó a Paysandú y de madrugada me volvía. Coseché una hermosa amistad con José María Brunini, profesor de guitarra, director de cortos y desde siempre defensor de nuestra música. Después de los festivales surgió la posibilidad de grabar en el sello Sondor... Presente una cinta en el sello Sondor y bueno hicimos contrato y de ahí empezó la primer grabación que fue en el año ´74. Era un cambio grande yo nunca pensé en venirme a Montevideo a vivir. Pero con el tiempo, cuando salió el simple con la canción “Como un jazmín del país” de un lado y “Soy del campo” del otro, que por suerte anduvo muy bien, me tuve que empezar a quedar más tiempo en Montevideo. Entonces (…) me tuve que plantear la vida en Montevideo. Yo quería seguir estudiando guitarra, porque me di cuenta de que aquello de: “yo solo sé que no se nada” era así. La actividad profesional requería más estudio, más seriedad y más allá que en ese momento trabajamos seriamente venia otra etapa que era recibir contratos por tu música. Entonces fue otra etapa fundamental en mi vida, pero me tuve que plantear la vida en Montevideo y también seguir estudiando, conseguimos una beca en el conservatorio Nemus que era el conservatorio que había formado Viglietti que por supuesto no estaba, él estaba en el exilio y de ahí en adelante mi vida se fue dando en Montevideo. Acá estudié con Cedar Viglietti, Hugo Mondada, armonía con

¿Cómo te toco vivir la dictadura?
Fue muy duro. Todavía no había grabado mi primer disco y estuve preso en "Inteligencia y Enlace", Bocha también, por la coautoría de una canción grabada por Alfredo Zitarrosa, "Defensa del Cantor". Alfredo fue llevado des. Así a los pocos días de afincarme en la Capital. Esto en los primeros meses del 74. Cuando llevaba 4 discos grabados y andaba cantando por todo el país, comenzaron las prohibiciones. La primera fue en Tacuarembó, espectáculo organizado por el Club Progreso de Fútbol.

En el 76 me llevan preso al FUSNA, me enteré después, cuando me sacaron la capucha. Cuando me soltaron pase al régimen de "Libertad Vigilada" que consistía en: los 10, 20, 30 de cada mes debía concurrir al FUSNA a "firmar la Libertad", si no lo hacía inmediatamente se dictaba orden de captura. Me sacaron el pasaporte, no podía viajar al exterior, y para ir al Interior, es decir salir del departamento de Montevideo, debía llevar un salvoconducto para hacerlo firmar y sellar en  la región militar o jefatura del lugar en que me encontraba. En unas palabras estaba preso en Montevideo, no podía dar clases de guitarra. Pero grabar, y que se pasaran mis canciones no tuvo censura. Las prohibiciones en espectáculos  fueron aumentando, en unos lugares cantaba en otros no. En el 78 y hasta el 84 fui prohibido en Montevideo. Y en casi todo el país, sin embargo en el 81 me dieron el "Charrúa de oro" en el Festival de Durazno, a los pocos días voy a Melo y estaba prohibido, así eran las cosas...Solo mi compañera sabe las que pasamos, pero no fuimos solo nosotros, todo el pueblo en menor o mayor la pasó dura en la dictadura.

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