sábado, 25 de julio de 2020

EL CAMBIO EN EL VALOR DE LA VIDA


La llegada de una pandemia, que no para de cobrarse vidas a nivel mundial, sin dudas ha hecho reflexionar en todo este tiempo a más de uno, en que quizás no estábamos y aun no estamos enfocando nuestras vidas, hacia el lugar correcto, o por lo menos hacia las cosas que realmente valen la pena que se roben nuestro interés.

La pérdida de fuentes de trabajo de forma masiva, así como un nuevo brote del virus, que se comienza a expandir en todas direcciones, ya sin mirar clase social, oficio, raza, religión o edad, como consecuencia, en parte del lento despertar de un país casi paralizado por este tema y por otro lado, por habernos creído que ya estaba del todo superado, ha llevado a que una gran porción de la población se haya visto afectada de forma irremediable, desde lo económico, que en una sociedad de consumo como en la que vivimos es uno de los peores males, así como también las costumbres de muchos cambiaron ya que sus rutinas forzosamente dejaron de ser las de siempre. 

Cuando el dinero no alcanza, la manera de superar eso, es empezar a interesarse por cosas que no estén tan relacionadas con lo material, para intentar esquivar la frustración de aceptar que no se puede consumir como antes, este proceso, termina desembocando en aprender que con el consumo buscamos llenar un espacio, con cosas que a lo mejor no necesitábamos tanto como creíamos, pero que nos hacía muy bien tenerlas, por lo que esa sensación sufre un corrimiento hacia cosas que nos llenen o nos dan una felicidad más genuina.

Las situaciones de pérdidas de vida en esta pandemia, así como las circunstancias de las personas que se quedaron sin empleo mostraron que el valor que les damos a nuestra vida debe de ser otro, porque el estar donde estamos, quizás sea más frágil de lo que nos lo imaginamos, el pasar por crisis de este tipo nos demuestra que muchas veces los afectos juegan un rol muy importante que en el día a día y quedan totalmente solapado por la rutina que nos consume toda nuestra atención, para cumplir con obligaciones, que pueden llegar a ser tan volátiles como la vida que se puede cobrar una enfermedad.




viernes, 24 de julio de 2020

ENTREVISTA A IGNACIO ALCURI

Es escritor y Guionista, ha formado parte de un sin fin de proyecto tanto radiales como televisivos, así como también nos transporta a diferentes situaciones con sus libros, en esta oportunidad paso Ignacio Alcuri por Periodismo en tus Manos.


¿Cómo te acercaste a la escritura?

La verdad es que fue... no de casualidad, pero sí a través del "acierto y error", aunque en ese momento yo no supiera que lo estaba buscando. En la adolescencia en particular, uno empieza a buscar otras vías de expresarse, y en mi caso eso se sumaba a una importante timidez. Así que empecé a dibujar, o seguí dibujando, porque de chicos todos dibujamos. Pero nunca estuve conforme con el resultado final. Lo seguía haciendo porque era una forma de encontrar cierta identidad. En paralelo, con mi primo escuchábamos un programa de radio llamado "Radar", conducido por Ruben Rada y César Martínez en una de las encarnaciones anteriores de la X FM. La sección "Seres imaginarios" permitía que los lectores enviaran cuentos y que se leyeran con cierta ambientación sonora. Eso de "salir en la radio" nos llevó a mandar varias historias,  y unas cuantas de ellas fueron leídas. Lo que descubrí al escribirlas era que eso SÍ me gustaba cómo me quedaba. Así que nunca más dejé de escribir.

¿Encontras en el humor una manera de expresión?

Podría decirse que sí. Creo que el humor está relacionado con la creatividad y la imaginación, y siempre fui una persona increíblemente imaginativa. El humor consiste en juntar dos cosas que no van. La imaginación consiste en juntar dos cosas que antes no se habían juntado. Así que conforme iba creciendo, el humor me permitió seguir usando la imaginación. Obviamente que la risa o la carcajada son una hermosa respuesta, pero primero tuvo que ver con eso otro, con seguir juntando cosas que no estaban. Y después, con aprovechar el humor para hablar de cosas bien serias, y que la otra persona no suba automáticamente las defensas. Además del bien que le hace el humor a la persona que lo genera.

¿Cuánto sacas de la actualidad y la cotidianeidad para tus creaciones?

De la actualidad digamos que varía de acuerdo al proyecto. Tengo la suerte de estar involucrado en una gran cantidad de proyectos, algunos sostenidos en el tiempo y otros que vienen y van. En "Los Informantes (diario)", el espacio de humor que tuvimos junto a Leo Lagos por una década en La Diaria, nos obligaba a hacer humor con algo que hubiera pasado ese día. Ni que hablar con los programas de televisión "Los Informantes" (Canal 4) y su sucesor natural "Reporte Descomunal" (TV Ciudad). El humor de noticias es algo que me encanta. Después, por ejemplo a la hora de los cuentos, aunque se publiquen en revistas que salen cada uno o dos meses (uno en el caso de Lento, dos en el caso de Túnel), me gusta que los cuentos sean lo menos anclados a un momento específico que se pueda. Sobre todo porque dos o tres años después podrían integrar un libro. Con respecto a lo cotidiano es algo de lo que me gusta nutrirme. Porque genera confianza, familiaridad, y porque muchas veces nos permite cuestionarnos eso que hacemos todos los días en forma automática. Y porque uno escribe de lo que sabe, de lo que experimenta, y yo no he experimentado mucho.

 ¿Logras ver algún tipo de evolución personal, comparando tus primeras publicaciones con las de ahora?
 
Sin dudas. Mis primeros cuentos venían desde cierto resentimiento hacia la sociedad y funcionaban principalmente como catarsis. Ahora escribo mejor, lo hago desde un lugar más saludable mentalmente (lo que no quiera decir que no sigan existiendo ejemplos de cuentos que salen desde la tripa). Y sobre todo escribo para entretener, para hacer reír. Por supuesto que también por la pulsión, porque soy escritor. El tema es que aquellas primeras historias resuenan distinto en un público, sobre todo el que atraviesa por esos resentimientos, el que no termina de encontrar caminos saludables (muchas veces porque la vida te pasa por arriba y yo tengo la suerte de que no sea así). Entonces les gustan mucho más esas primeras creaciones. A mí no es que me den vergüenza, ni pena, sino que las tomo como un paso necesario, pero creo haber avanzado bastante.

¿Cuáles son los puntos en común entre hacer un guion para radio o televisión y escribir un libro?

Lo que siempre está presente es el uso de la creatividad y la imaginación. Pero, sobre todo, entender que siempre estamos contando historias. También cuando llegamos a casa y tenemos una anécdota, o cuando completamos un examen de Literatura. Estamos utilizando nuestras herramientas de comunicación para mantener a un "otro" (lector, oyente, profesor, etc.) interesado en lo que queremos decirle. Ese mensaje que queremos decirle tendrá que ser armado de la forma más clara posible, evitando malos entendidos excepto que esa sea la intención. Después cambiarán los aspectos técnicos, si lo va a tener que leer un tercero en voz alta, si va a ser compartido una sola vez o si quedará disponible para siempre (antes los guiones de radio pasaban y se perdían). Pero siempre estamos contando historias y siempre queremos que el otro se lleve una buena experiencia de ello.

¿Qué lugar ocupan los comics en tu vida y cuanto tienen de influencia en lo que haces?

Aprendí a leer de muy chico, gracias a mis padres, y lo que tenía a mano eran las historietas, así que desde entonces forjé una relación muy estrecha con ese medio, que sigue siendo mi favorito a la hora de elegir qué "consumir". No sé si me han influenciado en cuanto a la forma, ya que de hecho escribí muy pocos cómics y no me resulta sencillo pensar en forma de guion de historieta, pero sí en cuanto al contenido. Sí en cuanto a lo pop, sí en cuanto a la presencia de los superhéroes (que para muchos es lo único que piensan cuando piensan en cómics). Me llevó a consumos culturales vilipendiados por muchos, con o sin fundamentos dependiendo del caso. Me convirtió en un geek y me llevó a conocer mundos cercanos, como la fantasía, la ciencia ficción o el rol, aunque con pocos de esos me llevo bien. Digamos que creó parte de mi identidad y me permitió conocer historias en las que la imaginación volaba, porque es mucho más barato dibujar a un superhéroe peleando contra una armada alienígena, que mostrarlo en una pantalla de televisión o de cine.

¿Qué tiempo promedio te lleva terminar un libro? Y ¿de qué depende ese tiempo?

Los cuentos siguen siendo ese rincón de mi creación en donde nadie me apura. Donde no hay mucho dinero de por medio, entonces no tengo una presión real para escribir, salvo las fechas de entrega de las dos revistas mencionadas. Así que ese tiempo depende pura y exclusivamente de mi inspiración y de cuántas otras cosas esté haciendo en ese momento para llegar a fin de mes, hablando pronto y mal. Esto no significa que cuando ando con poco trabajo escribo más cuentos, porque a veces sucede todo lo contrario. Pero sí es una ecuación en la que trato de no influir mucho. Por lo general un libro de cuentos lo termino en dos o tres años, pero tampoco los tomo como unidades "temáticas", sino que junto una cantidad de historias, más o menos unas sesenta, y ahí cierro un libro y empiezo a juntar para el siguiente. En este momento tengo dos libros de cuentos terminados, esperando para ser publicados algún día. No son grandes generadores de dinero, así que tampoco tengo a alguien que me esté llamando todos los meses con urgencia de publicación. Con la editorial tengo una relación bárbara, pero imagino que su prioridad será Isabel Allende y casi cualquier otro autor.

¿Cuál es la diferencia para vos entre cuento y novela?

Habiendo (finalmente) escrito de las dos, creo que en los dos casos uno precisa una hoja de ruta a la hora de escribir. Yo lo defino como esos puntos de los pasatiempos de "une los puntos", que con el lápiz uno va trazando líneas entre ellos y revela una figura. La principal diferencia es la cantidad de puntos necesarios para ponerse a escribir. Los cuentos cortos y muy cortos, básicamente son llegar de A a B. En B, todo termina y a otra cosa. Los cuentos más desarrollados pueden tener cuatro o cinco puntos. Uno puede largarse a escribir sin ellos, hacer un camino más jazzístico, más improvisado, pero yo prefiero tener la ruta marcada. Pues bien, a la hora de escribir una novela, necesité de muchos puntos, veinte o más, escenas a las que llegar, para no sentir que existía una posibilidad de escribir cien páginas y quedarme por el camino. No es simplemente "complejidad", porque una página de una novela y una página de un cuento tienen la misma complejidad. Pero sí hay más: más personajes, más información, más escenas. No es un cuento largo, pero sí puede ser la suma de muchos cuentos muy bien entrelazados.

¿Cuál crees que es el camino para que las nuevas generaciones se acerquen más a la lectura convencional?

Creo que hay que sacarse la idea de que la lectura es aburrida. Es como la idea de que los cómics son de superhéroes. En ambos casos son medios con un potencial infinito para contar historias, y será cuestión de encontrar, para cada lector, el libro que sirva de puerta de entrada. Y no hay que temerle a las puertas de entrada "tontas", o "sencillas". Porque justamente hacen que esa persona descubra que los libros no muerden. O que muerden poquito, como una cosquilla, y con el tiempo irá endureciendo la piel para soportar mordidas mucho más fuertes y disfrutables.

¿Cuáles son tus proyectos en la actualidad?

Con el dibujante argentino Gustavo Sala siempre andamos buscando cosas nuevas para hacer. A "Sonido Bragueta", nuestro podcast improvisado ordinario, acabamos de sumarle "Sonido Gelatina", un podcast improvisado para toda la familia. En lo relacionado con la escritura, continúo publicando en esas dos revistas y (cada tanto, muy cada tanto) escribiendo algún otro cuento que guardo junto con los publicados. Estoy haciendo humor en radio, en Montevideo y Punta del Este, y estoy reseñando (con un poco de humor y sin credencial alguna) acerca de series de televisión y otro contenido audiovisual tanto en la radio como en papel. Me gustaría combinar el humor, lo escrito y las series de televisión en un libro, pero todavía no me he puesto a pensar en eso. Ojalá aparezcan otras cosas mientras tanto, sobre todo si involucran a gente con la que ya me he divertido trabajando en el pasado.

sábado, 18 de julio de 2020

LAS LIBERTADES QUE PERDIMOS


La aprobación de la Ley de Urgente Consideración, trajo consigo varios cambios notorios, en diferentes áreas en donde Gobiernos anteriores, trabajaron pensando en reformas que generaran beneficios para la mayoría de la población.

Dentro de las reformas más llamativas se encuentra la eliminación en la obligatoriedad, del uso de medios electrónicos de pago, este hecho va a generar, lo que hasta el momento se venía intentando evitar, la informalidad por parte de los empleadores hacia los trabajadores a la hora de recibir sus prestaciones, ya que la bancarización obligatoria generaba un marco legal que daba respaldo a quien debía recibir un pago, además es casi un hecho que habiendo más dinero en circulación va a haber más delincuencia, que generalmente afecta al sector trabajador.

El porte de armas por parte de policía y militares retirados, sin dudas va a ser otro de los retrocesos que tendremos como sociedad, teniendo en cuenta que es el Ministerio del Interior es quien debería de garantizar nuestra seguridad y no que algunas personas tengan armas y otras no, generando que puedan existir hechos de violencia doméstica y que el porte de esas armas este amparado por una ley.

Estos serán solamente dos puntos de un listado enorme de leyes que tendrán cambios y con esto generarán nuevas situaciones a las cuales no estamos acostumbrados, de cualquier manera, hay que esperar a que se ponga en marcha y ver si de esto pueden salir cosas positivas para todos, que sin dudas uno estima esa es la idea o al menos la teoría de cambio social que sostiene la ideología del Gobierno actual en el que según ellos contemplan a todos los sectores de la sociedad, para crear un mejor país. Este último punto queda librado al contraste que hagamos con la teoría actual y la realidad futura.


sábado, 11 de julio de 2020

CAMBIA, TODO CAMBIA


La aprobación de la Ley de Urgente Consideración, tanto en la cámara Diputados como por los Senadores, marco a las claras que cada Gobierno que llega viene con su librito, con sus ganas de cambiar todo y demostrar que lo hecho anteriormente está mal.

Sin dudas que cada Gobierno que asume busca llegar para quedarse y en ese afán entiende que todo o casi todo lo hecho hasta el momento está mal o hay que cambiarlo., de esa manera la famosa Ley de Urgente Consideración, busca cambiar aspectos generales en diferentes temáticas, que afectan directa o indirectamente a toda la población, todos en menor o mayor forma veremos que nuestro entorno va a cambar, porque empezaran a regir nuevas normas que buscaran afectar a la economía de entre casa, la seguridad, las inversiones que llegan al país, etc.

Los temas ideológicos juegan un papel preponderante en esta situación, el partido político de la oposición, que conforma casi el 50% del electorado no está a favor de estos cambios ya que durante tres periodos de Gobierno, estuvieron al poder con políticos que con mayor o menor acuerdo, entre los sectores, intentaban mantener una unión. A partir de ahora todo eso obviamente va a cambiar y va a generar tensión política ya que unos buscan demostrar la incorrección en las acciones que otros quieren implementar.

Mucho se ha hablado de lo polémico que fue poner este proyecto en el parlamento en tiempos de pandemia y crisis mundial, donde la atención está en otro lado, pero de cualquier forma, el mismo se llevó adelante, se aprobó y hoy es una realidad del Gobierno entrante. Habrá que ver en un tiempo el nivel del impacto de los cambios estipulados con esta nueva reglamentación y si la afectación en general va a ser positiva o todo lo contrario, las opiniones al momento, están particionadas pero habrá que esperar para poder saber si fue un acierto o un error.




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