El ministro de Salud Pública Daniel Salinas hizo karaoke en el día del funcionario de la salud publica y se generó una gran polémica entre los que celebran su alegría desinhibida y los que entienden a esta actitud como algo payasesco por parte de una autoridad de su calibre para nuestro país, lo cierto es que nunca podemos adoptar una conducta en conjunto y siempre la polémica o el desacuerdo terminan rondando el accionar de aquellas figuras que son públicas.
También nos resulta muy difícil romper esos esquemas mentales que al parecer vienen predeterminados en la mente de los uruguayos en los que una persona que tiene cierto nivel de responsabilidad no puede ser graciosa o tener un momento de alegría, en una especie de extraño pensamiento que nos lleva a creer que el estar al servicio de determinadas causas aleja a las personas de sus reacciones humanas más normales y comunes que cualquiera de nosotros realiza en su día a día.
Por otro lado, y al igual de lo que podemos observar en otras partes del mundo los niveles de intolerancia con aquello que no compartimos, llegan a tal punto, que genera una guerra de tipo moral, directa con aquellas personas que defienden la oposición a nuestra postura y esta situación no encuentra otro camino que zanjarse a través de sesudas discusiones, que se plantean en las diferentes redes sociales en donde siempre parece aparecer alguien que tiene la verdad absoluta sobre todas las temáticas o que al menos intenta imponerla con posteos que buscan lograr el convencimiento del otro a través de datos e información que se saca vaya a saber uno de dónde.
A los uruguayos parece ser que en el ultimo tiempo nos esta costando bastante poder aplicar esa famosa frase que versa “vivir y dejar vivir”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario