El transporte
público de Montevideo sin dudas ha sido uno de los grandes afectados por la
pandemia, la falta de gente en las calles y los medios de transporte
alternativos, generaron grandes dificultades, para que puedan seguir operando
con normalidad.
Si
bien la gente de a poco ha empezado a retomar su vida cotidiana y con esto
existió un aumento en las frecuencias de los ómnibus que circulan por
Montevideo, la cantidad de personas que utilizan este servicio no llega a ser la suficiente para que el sistema pueda
sustentarse por sí solo. La falta de coches en las calles y la necesidad de
buscar medios alternativos de transporte, demostró, que si se quiere no sería
un servicio tan necesario como lo creíamos previo a la pandemia.
La
ecuación costo/beneficio, de la utilización del transporte colectivo, cada vez
lleva más a que exista un corrimiento por parte de los usuarios a buscar medios
alternativos, que le generen un menor costo y sean más efectivos, las
bicicletas y las motos son sin dudas grandes alternativas, en este caso para
muchas personas que necesitan efectivizar sus traslados y reducir los costos.
De
cualquier forma la gran pregunta es ¿Cómo va a poder subsistir el transporte de
pasajeros con menos usuarios y cada vez más costos para cubrir? Las soluciones
que de momento van encontrando, es que en el caso de las cooperativas se
eliminen las horas extras y se asegure
un mínimo de jornales para los trabajadores, de esta manera, hay muchos chóferes que van a ganar menos, pero se asegura la fuente laboral para todos
los obreros, así como también la existencia de subsidios por parte de la
Intendencia, que es sin duda la herramienta salvadora para un negocio que con
el paso del tiempo cada vez tiene menos rentabilidad.
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