Es guitarrista, profesor y formo parte de una época legendaria de una de las principales bandas de rock del Uruguay como lo es La Tabare, así como también ha estado vinculado a la publicidad; actualmente forma parte del proyecto solista de Mónica Navarro y trabaja en el desarrollo de clases de Producción Audiovisual para la UTU; en esta oportunidad paso Hernán Rodríguez por Periodismo en tus Manos.
¿Cómo nace tu amor por la guitarra?
Mi padre era oriundo de Fray Bentos, habitualmente, se juntaba con amigos y tenían una banda que se llamaban los “Old Star”; tocaban canciones en un inglés inventado y bueno, un poco eso lo herede de él, en casa también se juntaban y siempre había música; de chico me mandaron al taller de expresión musical y corporal La Gaviota, donde estaba Nancy Guguich, para ese entonces, mi abuela me regalo una guitarra; más adelante mi padre le compro una, a uno de sus amigos y ella me ayudo a sobrellevar una adolescencia complicada; la música es siempre un buen salvavidas cuando las cosas no van bien y para mí lo fue, entonces creo que desde ahí la música se agarró a mí y yo me agarre a ella, es algo que sigue pasando hasta hoy, ninguno de los dos podemos dejar de abrazarnos.
¿Qué tira más la música o la realización audiovisual?
Definitivamente la música; la producción audiovisual yo la miro más como la comunicación y ahí sí, si me preguntas que me tira más la comunicación o la música yo te diría que la comunicación engloba mucho más que la música, tanto la música como el audiovisual son narrativas y a mí lo que me copa son las narrativas. Con la música tengo una relación mucha más profunda, entonces la realización audiovisual no me interesa tanto ahora por lo que es, sino más en el aspecto docente, ya que me dedico a la docencia en esta asignatura e hice un master en educación y también tengo un diploma en guion y todo esto es porque me fascina la educación y desde hace tiempo trato de unificar la información variada que tiene que ver con la comunicación, en un lugar y ese lugar es la educación. Yo doy clases de Producción Audiovisual en la UTU, y ahí va todo, va la música, la comunicación y el trabajo con adolescentes, que es algo que me parece fundamental, me interesa desarrollar capacidades ahí, sobre todo en un sector de clase media, baja, que es donde me parece que hay que poner más corazón.
¿Cómo podrías definir tu pasaje por La Tabaré?
Mi pasaje por la Tabaré es fundamental en mi vida, fueron trece o catorce años, una etapa muy importante, fue el proyecto musical, artístico y de experiencia de vida más importante que he tenido; por la cantidad de tiempo y por la intensidad que conlleva y lo valoro como una parte definitoria de la persona que soy hoy, con sus cosas buenas y sus cosas malas, obviamente, te diría que fue como una especie de montaña rusa emocional, lo que se puede esperar cuando se trabaja con un artista tan complejo como Tabaré Rivero; hay una frase de él, que dice “soy una contradicción que va adicto a la contra y mis polos se repelen con cariño” que está en el disco “Yoganarquia” y me parece que lo define concretamente, por lo menos en el periodo que yo estuve en la banda, él fue cambiando; una cosa fue cuando entre y otra muy diferente cuando me fui. Me fui amigablemente y tengo una muy buena relación con Tabaré y lo aprecio mucho.
Tabaré Rivero ha mencionado varias veces que tenes en tus manos el tema mas taquillero de la banda ¿crees que es así?
¿Has trabajado y trabajas en actividades que tienen como motivación para realizarlas la creatividad, de donde surge en tu caso? ¿Lo podes hacer de forma mecánica o tiene que existir algún tipo de inspiración?
Es cierto todo lo que he hecho en mi vida está relacionado con la creatividad, tanto en la música como en el audiovisual. Yo tuve una productora audiovisual del 2012 al 2017, y es cierto la creatividad es algo que me mueve, me motiva y no puedo evitarlo, inclusive me pasa de inventarle cuentos a mis hijas todo el tiempo, también sigo creando cosas para mis clases; considero que la creatividad está dentro de las habilidades necesarias para el siglo XXI, es la capacidad de generar cosas nuevas con información insuficiente, la improvisación; yo siempre fui un improvisador nato, primero porque me gusta mucho el Jazz y me gusta esa cosa de construcción instantánea, momentánea. La improvisación es una herramienta para enfrentar la realidad y yo trato que mis alumnos, sean capaces de enfrentar la realidad y encontrar soluciones de manera intuitiva y rápida, tratando de relacionarse con esa realidad, la creatividad en esto es clave.
Quiero diferenciarlo de la creatividad publicitaria, que para esta, se necesita un entrenamiento; para pensar fuera de la caja, para entender que hay moldes de los cuales uno tiene que salir, pero esta tiene un objetivo de venta y yo nunca fui por ese lado; aunque me parece divertido, pero no es algo que me interese realmente. En cambio si la creatividad para crear ambientes de aprendizaje y para motivar a los estudiantes a interrogarse y a interrogar la realidad, ahí sí me parece muy valiosa. Hay veces que nosotros en la vida nos movemos dentro de estructuras que ni siquiera sabemos que existen, pero que están ahí y definen nuestra forma de pensar y actuar; son discursos invisibles que la comunicación nos permite analizar como formas de vida impuestas.
¿Qué opinión tenes de la actualidad del rock uruguayo tras la depuración de la cantidad de bandas que surgieron en la primera década del 2000?
Es una pregunta súper difícil, yo creo que hay un problema con el management, que repercute en lo artístico porque los productos no terminan de alcanzar la calidad que podrían, aunque hay algunos muy buenos; hay un tema de gestión, que hace que los proyectos sean individuales y no terminan de formarse las redes comerciales o de circuitos donde tocar, en ese aspecto me parece que los proyectos siguen peleando de manera individual, en un mercado tan pequeño como este; hay que tener claro que la única forma de alcanzar nuevas audiencias es internacionalizándose, pero esto es muy difícil de entender porque para esto hay que profesionalizarse, pero ahí se entra en esa disputa del arte profesional o el arte barrial o por el arte mismo. Las audiencias exigen performance profesionales, que quizás podes no estar de acuerdo con eso, pero al no estarlo quedas un poco de lado, aunque me parece que la base de todo está en los contenidos y por hoy hay una tendencia del mercado a abrazar todo lo que no tenga contenido; es decir música con letras que no digan nada básicamente y eso no nos puede pasar, ahí estamos fallando; me parece que habría que crear más redes de management para potenciar la movida. Quizás falta una generación de managers que piense de manera colectiva, el músico que hace todo, compone, produce a nivel comercial y artístico, termina siendo imposible de manejar y si lo haces no te da el tiempo y más si tenes que trabajar de otra cosa, entonces termina siendo una lucha entre la profesionalización y lo artesanal y ese es un conflicto que hay que superar
Es una situación muy compleja, para la música sobre todo, ya que esta nueva era de pandemia esta signada por el miedo y la gente se encierra en su casa y consume productos de streaming mediados por industrias transnacionales, a donde los artistas uruguayos no pueden acceder; lo único que le queda a los artistas es tocar en lugares a donde la gente va con miedo, yo realmente no le veo una solución, por estos motivos hay muchas cosas que han cambiado, habría que ver proyectos exitosos, del resto del mundo o de la región, que aunque no sean los que nos gusten o los que podamos llegar a compartir, pero habría que entender que es lo que pasa con ellos y porque funcionan. A mí me parece que el ejemplo del trap argentino es muy particular y es un modelo de producción y distribución a tener en cuenta, ya no existen los discos, existen solamente las canciones que se distribuyen a través de redes sociales; yo esta discusión recuerdo haberla tenido con Tabaré cuando estábamos grabando “Chapa Pintura Lifting” y yo ya le decía mira el disco murió, la vida de los artistas va a ser a través de canciones y va a ser una construcción más homogénea de la vida de ese artista, ya que su obra no va a estar separada por discos, sino por canciones que van a estar siempre unidas, va a ser un continuo y me parece que fue por ahí; creo que una forma de escaparle a esta situación es buscar una forma diferente de producir y distribuir, por suerte la democratización de la tecnología nos ayuda un poco a bajar los costos de producción, entonces me parece que va por ese lado el de llegarle en estos tiempos tan complejos a la gente de esta manera.
¿Crees que en los diferentes trabajos de tipo artístico existe una influencia aunque sea indirecta del momento en que atraviesa el país?
No sé si exista una influencia, pero tiene que existir, el trabajo artístico me parece que tiene que hablar de lo que está pasando, para tener un contacto con la gente, sino esta descolgado de la realidad y ¿quién va a interesarse por algo así? Incluso cuando hay productos artísticos que hablan de una realidad edulcorada, como si todo estuviera bien y a esos productos le va bien; nos habla de que la gente está apática ante lo real y busca desconectarse, eso es un problema, tenemos que buscar crear productos artísticos que hablen de esta realidad, sentir que es lo que está pasando, cada artista en su entorno y hablar de eso, no guardarlo en un cajón, sino encontrar la forma más fácil y económica de promocionarlo; ahí hay que poner creatividad y diseño, tratar de salir de los modelos viejos y tradicionales, porque esos ya están muertos, hay que ver lo que está funcionando en otros lugares y seguir ese camino
¿Cuáles son tus proyectos en la actualidad?
Bueno actualmente sigo tocando con Mónica Navarro en su proyecto solista, sigo con las clases de Producción Audiovisual para adolescentes en el bachillerato audiovisual de la UTU, estos últimos dos años me estuve dedicando a la maestría en educación, fue algo que me consumió mucho tiempo, pero que cambio mi forma de pensar y ver el mundo, siempre me intereso la tecnología también, ahora tengo un proyecto que se llama Letrax, que es una tecnología para el aprendizaje, de lo que se llama aula extendida para los niños más chicos, eso es un emprendimiento que lo llevo muy lentamente, también tengo pensado volver a las clases de guitarra, pero no de manera individual, sino que me gustaría grabar algunas clases y ponerlas en alguna tienda online, es una buena manera para diseñarlas y hacerlo desde mi perspectiva, como yo veo tanto la técnica como la armonía y la improvisación, como buscar caminos propios, en las diferentes técnicas, o en los diferentes momentos emocionales, por los que uno pasa y que de repente tiene la guitarra en la mano y qué hacer con eso, y bueno plasmarlo, en una serie de cursos online, a los que se pueda acceder a través de la red, creo que la tecnología es clave en estos momentos y los artistas no pueden quedar por fuera, hay que tomársela muy enserio y yo sé que quizás sea un esfuerzo enorme para el artista que no está acostumbrado a vivir con la tecnología, pero es algo que no se puede obviar, el mundo hoy por hoy es tecnológico y las redes de comunicación son tecnológicas, así que vamos arriba con ellas, las gestión de los shows y el acercamiento a las audiencias es a través de la tecnología, uno no puede seguir esperando ir a un lugar y que la gente valla, así nomas, no, va a haber que generar nuevas formas de relacionarse con el público.
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