Ya
hace un buen tiempo que se está viviendo un tire y afloje entre el gobierno y
los diferentes gremios y agrupaciones estudiantiles que pretenden que saque
dinero de algún lugar para invertir más en ellos, hecho que se les aclaro que
no es fácil ya que la coyuntura actual a nivel internacional está muy
complicado y el país no es ajeno a toda esta situación.
De
cualquier manera han seguido las ocupaciones y las confrontaciones con las
fuerzas de choque, con versiones cruzadas de quien ataco a quien y de quien
tiene la culpa, situación que queda librada a la forma de ver la realidad de
cada uno ya que solo ellos saben lo que sucedió realmente.
Las
manifestaciones llegaron hasta el Palacio Legislativo en donde se dedicaron a
grafitear las paredes con leyendas en contra del presidente y los ministros.
Parece
mentira que se llegue a este extremo dañando un edificio que es patrimonio histórico
de nuestro país con el simple fin de agraviar a los dirigentes del gobierno,
obviamente todos sabemos lo que piensan, es decir no hay necesidad de llegar a
estropear un edificio que es de todos, de aquellos que votaron a este gobierno
y los que no, realmente en pos de la protesta se han perdido los estribos y los
códigos, además del respeto que se perdió hace rato.
Esta
situación plantea una preocupación a nivel social de la pérdida de valores y lo
más triste es que lo demuestre públicamente gente que está relacionada con la educación.
Gabriel Cortazzo
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