Estamos viviendo momentos en los
cuales, las diferentes poblaciones se sienten que están siendo sometidas a
situaciones injustas. No sería nada nuevo decir que en la Argentina la gente se
manifiesta en grandes masas cuando esta en desacuerdo con algo, por estos días se
vive un clima electoral bastante tenso, ya que dentro de muy poquito sabremos quién
será su nuevo presidente y al igual que en el Uruguay la política despierta
pasiones encontradas por aquellos que realmente la sienten como una herramienta
del cambio de la sociedad.
En Uruguay por otra parte los
gremios cada vez cobran más fuerza ocupando locales estudiantiles, actualmente
y manifestándose en contra de situaciones que ellos consideran adversas. Sin ir
más lejos hace unos pocos días vivimos el paro general con más adhesión desde
el regreso de la democracia, si bien el uruguayo es más tímido, está buscando
las vías o los caminos para hacerse sentir.
Lo que es novedoso y quizás sea
consecuencia de un largo tire y afloje es lo que está viviendo Brasil, el
pueblo quiere que Dilma se vaya, al no vivir ahí no podemos saber qué cantidad
de la población sea la que está en desacuerdo, pero por lo que uno ve son miles
y miles los que se movilizan, también entendemos que Brasil es un país con
muchos millones de habitantes, por lo tanto a pesar de ser un porcentaje bajo de
la población se traduce en varios miles de personas.
El tema es si realmente sucede lo
que se busca con las protestas ¿Qué tan bueno puede llegar a ser para toda la
sociedad?, si en Brasil derrocan a la presidenta ¿terminara siendo algo bueno
para ese país o derivara en un golpe de Estado? Si en Uruguay se le paga 30.000
pesos a un maestro recién recibido, ¿no se le sacara dinero a otro sector de la
población que lo precisa también?
Gabriel Cortazzo
No hay comentarios:
Publicar un comentario