Este
año para Uruguay ha sido muy duro a nivel de desempleo, sobre todo de empresas
que estaban instaladas desde hace muchos años en nuestro país. La sorpresa comenzó
en el departamento de Colonia cuando nos enteramos del cierre de Ecolat, una
empresa totalmente viable para nuestro medio, la cual estaba dirigida mediante
capitales extranjeros, los que decidieron abandonar el país y la gente quedo en
la calle.
Le
siguió la situación del Antel Arena que si bien no ha sido un cierre definitivo
de la obra hoy por hoy los trabajadores están desocupados hasta el próximo mes
de enero cuando se retome.
Hace
unos días todos nos desayunamos de la situación que atravesaba Fripur, el frigorífico
pesquero más grande de nuestro país en el cual trabajaban casi mil
trabajadores, los dueños se endeudaron demasiado, llevando a cabo malas
gestiones económicas, inclusive endeudándose por varios millones de dólares con
el Banco República y destinando ese dinero a otros emprendimientos personales, por
ese motivo no se pudo sostener más la situación y han quedado más obreros
desempleados.
Obviamente
todas estas situaciones la oposición al actual gobierno las va a usar en su
contra, pero ¿hasta qué punto puede tener culpa el gobierno? de que a los
empresarios les importe realmente muy poco la vida de sus empleados, ya que
cuando las cosas les salen mal los dejan en la calle como si esto no
significara nada. En ese sentido el gobierno debería intentar encargarse en
conjunto con los trabajadores con este tipo de empresas que son realmente
viables y que a la larga además de puestos laborales, le pueden hacer ingresar
divisas al país a través de las exportaciones.
Gabriel Cortazzo
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