Cuando
todo hacía pensar que la próxima sede del mundial a nivel climático sería
totalmente lo opuesto a esta última que tuvimos en Brasil, apareció esta
noticia que en realidad tiene bastante sentido. La información que todos
manejaban era que el próximo mundial de futbol se juegue en Rusia en el año
2018, actualmente este país atraviesa un conflicto bélico con Ucrania, por la posesión
de un territorio, lo que obviamente determinaría que en esas condiciones no se
pueda organizar un mundial con todo lo que ello significa y mucho menos poder
llevarlo a cabo.
Al
ver esta situación Alemania ni lenta ni perezosa, mediante su gobierno con Ángela
Merkel a la cabeza decidieron postularse ante la FIFA como posible sede en caso
de que el mundial no se pueda disputar en Rusia presentando para estos las
razones anteriormente explicadas, y sosteniendo que los teutones, organizaron
el mundial en el año 2006 y fue un éxito.
Para
hacerlo un poco más democrático y darle participación a otros países, se baraja
la posibilidad de que junto con Alemania puedan participar Polonia y la propia
Ucrania o la otra posibilidad que existe es que a los alemanes se sumen Francia
e Italia, cabe recordar que hace unos días un avión comercial fue víctima de un
misil en el espacio aéreo en donde está ocurriendo el enfrentamiento entre
Rusos y Ucranianos, lo que hace pensar que Rusia tampoco está en condiciones de
poder tener tráfico aéreo con normalidad hecho que para un mundial es fundamental.
Hay
que acordarse todo el tiempo y lo que le costó a Brasil poder organizar el
campeonato del mundo y estamos hablando que en estos momentos a falta de cuatro
años aún no se sabe con certeza que pueda llegar a pasar con el próximo, esta situación
deja cada vez más en descubierto a la FIFA con los “errores” que comete a la hora
de elegir las sedes de los mundiales, teniendo que salir después a ponerle el
pecho a las balas y a intentar maquillar las realidades de los diferentes países
organizadores.
Gabriel Cortazzo
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