Este
11 de mayo se celebra un nuevo día de la madre, fecha en la cual todos los
mortales que tenemos aún nuestra madre cerca o junto a nosotros salimos como
desesperados a comprar regalos que intenten demostrar todo lo que uno quiere a
esa persona, gastando a veces mucho y otras poco, pero gastando, que en
definitiva si uno entra a hilar fino es para lo que fue creado este día, así
como el día del padre, del niño, etc.
El
problema es cuando por motivos comerciales se empiezan a institucionalizar
cosas, como la famosa frase que hoy me tocó verla en una publicidad de nuestro
transporte capitalino de pasajeros que decía algo así “11 de mayo día de la
madre, porque madre hay una sola”.
No
debe existir frase en la vida que me rechine más que esa, si madre hay uno
sola, por deducción obvia padre hay uno solo, pero esto jamás se dice en el día
del padre, entonces podemos pensar que si padre no hay uno solo, como deja
entre ver la publicidad madre tampoco, ya que los mismos argumentos para decir
que uno puede tener varios padres se puede utilizar para la madre y viceversa,
es decir no logro entender porque se idolatra tanto la figura materna y la
paterna siempre queda de lado ante estas situaciones ¿acaso no tienen igual
importancia? ¿Por qué la madre sea quien de vida al hijo el padre pierde
relevancia?
Parece
que esto es algo que ya lo tenemos asumido, las madres son lo más importante en
la vida y los padres bueno si están “vamo arriba”. En estas situaciones vemos
el rol fundamental que juega la publicidad en la vida de una sociedad y como
mediante frases simples nos hacen creer cosas que quizás no sean tan ciertas en
realidad, pero que de tanto repetirlas las terminamos asumiendo como
verdaderas.
Estaría
bueno que cuando se celebra el día del padre la publicidad ataque hacia el
mismo lado y genere el mismo impacto para entender la importancia de la figura
paterna y no que sea “este día del padre regálale un buen whisky.
Quiero
aclarar que esto no intenta ser un descargo machista de ningún tipo sino que
simplemente me parece que ambas figuras en la vida de un ser humano tienen
igual importancia.
Desde
ya se les desea un ¡muy feliz día! a todas las madres que lean este artículo,
pero con la consigna de que recuerden que el padre es tan importante como la
madre y es verdaderamente relevante poder enseñárselo a las generaciones de
futuros padres que van a venir.
Gabriel Cortazzo
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