Muchas veces los padres sentimos la necesidad de que
nuestros hijos crezcan y se críen a semejanza de cómo lo hicimos nosotros en algún
momento, buscando mejorar y corregir, todo aquello por lo que pasamos, que no
nos gustó, pero teniendo claro inconscientemente a donde queremos que lleguen.
El exceso de interés por marcar las actividades extra
curriculares a sus estudios, genera que se les transforme en una obligación adoptar
actitudes que nos gustan a los adultos, creyendo que en algún punto son felices
aceptando esa realidad y obedeciendo, pero no hacen más que adaptarse al contexto
que le imponemos intentando que sean “personas de bien” las cuales cuentan con estándares
ya pre fijados por la sociedad en la cual nosotros nos criamos.
La pregunta es ¿Qué pasaría si lo dejamos elegir? ¿El niño iría
al inglés, natación, baby futbol, etc. o elegiría otro tipo de actividad como
simplemente jugar con sus amigos del barrio? Al final del recorrido y en la mayoría
de los casos simplemente buscamos superar las frustraciones de todo aquello que
no hicimos en su momento, pero que si lo queremos ver realizado en la vida de
nuestros hijos. A veces son cosas realmente buenas otras simplemente caprichos.
Obviamente se tiene muy pocas veces en cuenta la opinión del
niño, ya que nosotros creemos saber que es lo mejor para él y lo llevamos a la
practica con total seguridad. De cualquier forma el tiempo nos va dando la
pauta de si los caminos tomados fueron los correctos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario