sábado, 14 de diciembre de 2013

OTRA QUE VIVEZA CRIOLLA


Parece algo surrealista, en el diario El País salió publicada una entrevista a un hombre oriundo de los Estados Unidos que parece ser que está vendiendo terrenos en la luna, suena algo estúpido, pero es así el hombre a esta altura con más de quince años en el rubro se está volviendo millonario con el negocio inmobiliario lunar, dentro de esta entrevista se pueden encontrar fragmentos que no tienen desperdicio como el siguiente: Todo empezó en 1980 cuando en pleno divorcio se quedó sin un centavo y miró al cielo como buscando una señal. “Y vi la luna. Yo pensaba que si tan solo tuviese una propiedad, la podría hipotecar, mudarme a Los Ángeles y empezar una carrera como actor. Pero vi la luna y dije: Allá hay un montón de propiedades”. (…)Recordé mi clase de Ciencia Política en Oregon. Ahí me enseñaron el tratado sobre espacio ultraterrestre de las Naciones Unidas de 1967. El artículo II se me quedó pegado: “El espacio ultraterrestre, incluso la luna y otros satélites, no podrá ser objeto de apropiación nacional por reivindicación de soberanía, uso u ocupación”.

Pareciera que el hombre no habla enserio pero muy por el contrario se tomó esta causa a pecho, es mas en el momento que dice “no podrá ser objeto de apropiación nacional…” el mismo está demostrando que lo que está haciendo no es legal porque ese artículo quiere decir que no es de nadie y que es de todos a la vez, por lo tanto no tiene ningún derecho a hacer lo que está haciendo.

De cualquier manera la mejor parte de la entrevista es la siguiente: — Como el tratado habla de países, pero no de propiedad individual, usted le envió una carta a la ONU...

¡Sí que lo hice! Rellené una solicitud de propiedad para la luna, los otros ocho planetas y sus lunas. Pedí que si tenían un problema legal me lo hicieran saber.

                                                      — ¿Le contestaron?

                  ¡Nunca! No se lo tomaron en serio y ahora es muy tarde para ellos.

— Y empezó a vender la luna…

Yo he sido vendedor toda mi vida, así que fue una transición fácil. En 1980 no había computadoras, la gente no entraba a Internet, excepto el gobierno. Empecé a ir a centros comerciales y preguntaba si querían un regalo de Navidad único. Vendí 600 propiedades en dos semanas. Me metí esos 6 mil dólares al bolsillo y me fui a Los Ángeles. Durante los primeros 15 años vendí 100 propiedades anuales, sin hacer publicidad, pero en 1995 decidí ponerme más serio porque ya había Internet y podía llegar a una comunidad global. Así que empecé a vender online. [El costo por cada acre es de US$24. Por este precio le envían un título de propiedad con su nombre, un mapa de la luna y la Constitución Galáctica.]

Realmente parece mentira que exista gente que se dedique a este tipo de cosas, pero lo peor es que haya otros que le sigan el tren fomentando su negocio, es increíble que se le haya escapado de las manos a algún uruguayo que siempre somos tan creativos para rebuscarnos en todo.

Gabriel Cortazzo

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