A medida que pasan los años en nuestro a país ha
ido creciendo la oferta a nivel espiritual, con la aparición de nuevas iglesias
llegadas de todas partes del mundo a instalarse en el Uruguay, buscando nuevos creyentes
que se sumen a sus diferentes propuestas, que si bien son todas bastantes
similares siempre en algún punto logran diferenciarse.
Hasta
hace una década atrás la iglesia católica, formaba una parte importante de
nuestra sociedad, el hecho de pertenecer a una iglesia de tipo protestante,
muchas veces era mal visto. Con el paso de los años esta situación se fue
revirtiendo y en la actualidad es de las cosas más comunes de la vida. Muchos critican el sistema que tienen las iglesias protestantes
de pedir dinero mensual a sus fieles, el famoso diezmo con el cual logran sustentarse
y mantener toda su infraestructura, además de las ofrendas que brindan a la institución
los fieles que pueden.
Con
todo esta situación, la iglesia católica vivió un éxodo de sus creyentes, que
pasaron a otras instituciones religiosas, hoy por hoy los católicos ven cómo se
va vaciando de apoco sus templos y como cada vez se llenan más los de los evangélicos.
La
semana pasada se presentó un informe que para los católicos presentan los
siguientes números: los Matrimonios religiosos bajaron 75%, los bautismos 56%,
las comuniones 42% y la asistencia a misa 51% en los últimos 20 años, según
cifras de la Iglesia Católica de Montevideo.
Obviamente
esto muestra que claramente la gente se ha corrido hacia lugares donde les
pueden ofrecer algo como promesas de mejorarse de una enfermedad a través de la
fe o un crecimiento económico, hoy por hoy también existe una notoria necesidad
de la gente de asistir a la iglesia pero también poder vivir su vida como ellos
quieren es decir no tener que esperar a casarse para convivir o tener un hijo,
hecho que es totalmente permitido por las iglesias protestantes pero que por
los católicos sigue siendo mal visto.
El
Monseñor Sturla buscar aplicar cambios en la iglesia católica para poder captar
más seguidores ya que si se agravan estos números los católicos en el Uruguay estaría
camino a la extinción.
Gabriel Cortazzo