domingo, 5 de marzo de 2023

LOS HIJOS DE LA ERA DEL NO

 


Todas aquellas personas que promediamos los treinta años, muchas veces nos sorprendemos cuando vemos a nuevas generaciones que, desde chicos, parecen moverse por la vida con una soltura que sin dudas nos asombra. Con el paso de los años y los cambios a nivel social que se han ido produciendo, las exigencias para los más pequeños se han ido modificando al punto de que hoy en día tienen la capacidad y la potestad de poder enfrentar a sus mayores de referencia sin dudarlo cuando entienden que una situación, puede no ser beneficiosa para ellos.

La accesibilidad a la tecnología de la mano de la globalización ha transformado a estos pequeños en seres que aparentan mucho más edad de la que tienen y en consecuencia se empieza a generar que se salteen determinadas etapas de la vida que nosotros vivimos al pie de la letra.

Es muy difícil hoy en día para los padres, sobre todo para los que trabajan, tener un control absoluto de lo que sus hijos consumen a través de los diferentes dispositivos móviles, esta situación obviamente no fue ningún tipo de padecimiento para nuestros padres ya que ellos nos podían controlar y dosificar cualquier tipo de entretenimiento al que quisiéramos acceder, las instituciones dentro de la familia por aquella época gozaban de un fervor inusitado. Este último punto claramente ha cambiado con el paso de los años y los formatos de familia han ido mutando, generando con esto que aquel respeto y quizás ese miedo por las autoridades familiares haya desaparecido.

Es muy difícil que un niño de hoy en día lo primero que escuche ante un pedido, sea un no cerrado y rotundo y que a partir de esta respuesta tenga que ingeniárselas para hacer cambiar de opinión a sus mayores. El hecho de haber estado en el lugar del censurado nos transformó en personas que no queremos que eso se repita y hoy desde el lugar del otro, logramos volvernos más permisivos.

El punto es hasta donde está bien ser tan condescendiente con alguien que en realidad necesita educación y formación para poder llevar adelante una sociedad mejor el día de mañana y no ayudar a que las frustraciones o el no ocupen un lugar de conflicto en su vida, generándole con esto una problemática a la hora de vincularse con su entorno y hasta con las futuras relaciones de tipo personal que pueda tener con parejas o amigos.

Si bien el tener una respuesta negativa en casi todo dentro de nuestra crianza no es un hecho del que nos podamos vanagloriar, pero que sin dudas nos fue forjando en el camino para intentar salir adelante, sabiendo que él no es una opción para seguir y no el final de algo. El querer tener a nuestros hijos entre algodones no hace más que ponerles extra de dificultad en el duro camino que a ellos les tocara recorrer, tanto a nivel social, como laboral, económico, etc.

Lo difícil es buscar el punto medio entre la protección, la educación y el poder consentir a quien queremos sin generarle un daño a posterior, sin dudas que ser padre o madre es uno de los desafíos más complejos que la vida plantea.

 

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