El brote de
Coronavirus en un hogar de ancianos, despertó la polémica del nivel de cuidados
que tienen las personas de la tercera edad en los llamados residenciales o
casas de salud.
Nadie
en su sano juicio puede sorprenderse, si le dicen que las personas que habitan
las casas de salud son víctimas de maltrato físico y psicológico, así como
también muchas veces viven en condiciones infrahumanas, en lugares que no
cuentan con ningún tipo de habilitación por parte del Ministerio de Salud
Pública, siendo tratados como objetos, de los cuales se tienen que hacer cargo
muchas veces, personas, a las que se les paga muy poco dinero y no cuentan con
la garantía necesaria por parte de sus empleadores.
El
propio secretario de Presidencia, reconoció que sería imposible cerrar los
asilos que no cuentan con las habilitaciones correspondientes, ya que no hay
quien se pueda hacer cargo de esto, por lo que la intención del Gobierno
actual, es empezar a ayudar para que las diferentes situaciones se regularicen
y comience a existir una mejor atención a las personas de la tercera edad,
obviamente la permanencia de esto en el tiempo es una utopía ya que para que
esta situación se transforme en realidad, deberían de existir una serie de
controles y una inversión fija por parte del Estado, que de momento parece no
muy viable.
Como
pasa con todos los temas en general, hoy les toca ser noticia, estar en el ojo
de la tormenta y que los medios y el pueblo en general muestre preocupación y
compasión, pero en unas semanas quedaran nuevamente en el olvido, sometidos en
su vida cotidiana tratando de enfrentar los problemas de siempre y un tema tan
fundamental como este, pasara a ser uno más de la agenda volátil de los medios
masivos de comunicación.