Las crisis sociales
y económicas son cosas de todos los días a nivel mundial, quizás estas dos sean
de los principales causas, por las que se producen los movimientos migratorios
alrededor del mundo.
El
ver personas de cada vez más nacionalidades, caminando por las calles de
Montevideo o trabajando en diferentes actividades, es uno de los hechos que más
se repite últimamente, así, como los uruguayos desde hace mucho, buscan mejorar
su suerte en países como Estados Unidos o España, hay una gran cantidad de
latinoamericanos, que entiende que la posibilidad de mejorar su futuro se
encuentra en Uruguay.
Este
fenómeno en nuestro país, sin duda ha generado diferentes posiciones, están
aquellos que ven bien que se les de asilo a personas de otras nacionalidades,
haciendo valer aquello de la patria grande latinoamericana y están los que los
ven como una amenaza a nivel laboral, ya que indefectiblemente generan mano de
obra más barata y en muchos casos más calificada que los propios uruguayos, la
crítica en este sentido es bastante clara, nadie se molesta de esa forma cuando
a un compatriota le va bien en otras partes del mundo, siendo un uruguayo la
misma “amenaza” a nivel laboral para cualquier español o estadounidense, que
tiene que competir con emigrantes que van dispuestos a todo.
Las
personas que deciden dar este paso, tienen en sus espaldas la urgente necesidad
de mejorar su calidad de vida y de poder llevar adelante una forma digna de
vivir y a veces en ese intento, resisten cualquier cosa, como ser estafados,
pasar hambre, viajar en condiciones infrahumanas o simplemente sufrir la
discriminación de los habitantes del país al que deciden viajar.