El feminismo sin
dudas ha avanzado como un movimiento social en diferentes partes del mundo, el
Uruguay no ha sido ajeno a esto, de cualquier manera existen ciertas costumbres
que nos hacen sentir que aún queda mucho camino por recorrer.
Lo
más obvio y evidente de mencionar en ese sentido son la cantidad de casos de
femicidios, ocurridos por violencia doméstica, que año a año van en aumento y
muchas veces con crímenes realmente aberrantes, en los que los hombres creen
tener propiedad exclusiva sobre las mujeres que son sus parejas, como si por el
simple hecho de ser mujeres, los hombres tuvieran algún tipo de derecho de
decidir sobre sus vidas.
Otras
de las muestras de machismo más claras que podemos observar en el día a día, es
en el tránsito, el costumbrismo de que quien maneja de forma correcta son los
hombres, se transmite de generación en generación, de cualquier forma cada vez
son más las mujeres que forman parte del tráfico y lo hacen de forma
responsable, en muchos casos mejor que los hombres que se intentan mostrar como
los expertos del volante.
La
hora del asado es otro de los momentos de virilidad de la sociedad uruguaya,
los hombres frente a la parrilla con caras de expertos en el arte de asar y las
mujeres encerradas en la cocina haciendo la ensalada, son unas de las postales
más clásicas de nuestro país que parece continuar conforme pasa el tiempo, en
el entendido de que es el hombre es el que debe encargarse de tal tarea
relegando a la mujer a un segundo plano.
Cuesta
creer que en pleno Siglo 21 sigan existiendo muestras tan claras de machismo
que nos siguen haciendo ser una sociedad desigual, en la que se intenta
demostrar que existe un sexo fuerte y uno débil, sin contemplar que las
diferencias radican simplemente en lo físico ya que para el resto de las
actividades deberíamos de ser iguales. De cualquier manera cada vez más las
mujeres se abren paso y forman parte de distintas actividades que hasta no hace
mucho eran exclusivas de los hombres.