Desde hace un
tiempo las noticias que llegan de tenor político- social hablan de
contradicciones entre diferentes ideologías que buscan llegar al poder en los
diferentes países de Latinoamérica.
La
vuelta de la derecha radical tanto a Argentina como a Brasil intenta traer a
nuestro continente la llegada de un modelo político - social llevado adelante
por empresarios multimillonarios que buscan hacer funcionar a los países como
empresas, esto genera sin dudas la atracción de muchos, ya que van por la
deseada búsqueda de la rentabilidad, pero también genera el gran rechazo en
otros que entienden que además de lo económico existen otras prioridades para
que las cosas salgan bien en un país.
Uruguay
no ha sido ajeno a esto y previo a sus elecciones de este año ya cuenta con dos
candidatos que tienen estas características, hablamos de Juan Sartori
empresario multimillonario y Edgardo Novick que si bien no es un millonario al
nivel del anteriormente mencionado, es alguien con mucho poder económico y
dueño de diferentes empresas en nuestro país.
El
electorado uruguayo se empieza a someter a una prueba de fuego pensando en los comicios
de este año, ya que carga sobre sus espaldas la decisión de intentar generar un
modelo parecido de país al que vemos en nuestros vecinos o sostener esto que
tenemos de lo cual hay una gran porción de disconformes y otra de desencantados
con el estándar soñado.
Aquello
de que el poder corrompe no es nada nuevo y seguirá pasando por los siglos de
los siglos, quien venga a dirigir nuestro país por los próximos cinco años no será
ajeno a eso, si bien la promesa de todos es terminar con la corrupción, como
pueblo sabremos que eso no va a pasar, simplemente como está el panorama dispuesto
hoy en día, podemos desear equivocarnos los menos posible y elegir lo menos
malo en este horizonte.
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