Por
más que nuestra selección nacional parezca un espejismo en tiempos que nuestro
futbol local sufre una profunda crisis, uno siempre tiene la esperanza al ver
un equipo uruguayo en un torneo internacional que deje bien en alto el
prestigio de nuestro país, lamentablemente siempre nos damos la cabeza contra
la pared al ver que cada día nuestro futbol esta más devaluado. Las
explicaciones de porque pasa esto son muchas, el problema es que los propios
protagonistas que saben que día a día están haciendo las cosas mal no dan el
brazo a torcer y siguen metidos en el mismo circo que en definitiva les deja
ganancias económicas a unos cuantos.
Pertenezco
a una generación la cual se crio con historias de hazañas de los equipos
grandes de nuestro futbol con Copas Libertadores ganadas, y campeonatos del
mundo estando en lo más alto a nivel mundial como si hoy habláramos de equipos
como el Barcelona y jugadores como Messi, los teníamos acá en nuestro país.
Se
generó un negocio tan grande para dirigentes, contratistas, derechos de
televisación, etc. que a muy pocos les importo si los resultados han sido
buenos o malos ya que lo importante es cuánto dinero va para el bolsillo de
cada uno, además de la clara perdida de ética en el manejo de la gente
vinculada a los clubes como viene pasando con los últimos técnicos que han
dirigido a Peñarol que se los ha echado por teléfono o por Twitter.
De
seguir así vamos en una barranca abajo que no va a tener precedentes y como
toda crisis hará que se llegue al fondo del pozo para empezar a intentar asomar
cabeza y que nuestro futbol empiece a intentar ser lo que una vez fue.
Gabriel Cortazzo
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