viernes, 14 de agosto de 2020

ENTREVISTA A PABLO “PINOCHO” ROUTIN

 

Se define como un actor frustrado, es un histórico del carnaval y sobre todo un icono del genero murga, la composición sin duda también es uno de sus fuertes, ha trabajado junto a músicos que han hecho historia en la música del Uruguay, en esta oportunidad, paso por Periodismo en tus Manos Pablo “Pinocho” Routin.

(Fotografia Eliana Routin)

 ¿Cómo fueron tus primeros acercamientos a la música?

Me acerque primero que nada al ámbito teatral en el año 81, a un grupo de teatro que había en el barrio donde yo vivía, en Playa Pascual, iba desde Montevideo a trabajar con nosotros, el actor Oscar Serra.

Teníamos un grupo de teatro de adolescentes, esa fue mi primera incursión en algo que después se iba a poner sobre un escenario, a la música propiamente dicha me acerque a través del carnaval, desde muy niño siempre yendo al tablado e impactado por el género.
 Salí por primera vez en carnaval en el año 1984 en la murga “Justamente Risas”

 A partir de ahí fueron sucediendo algunos hechos, que yo los considero mágicos, como la invitación de sumarme a Falta y Resto y un poco más adelante la invitación de Jaime Roos para participar de su banda, de esta manera comenzó todo este camino musical.

¿Qué significa el carnaval en tu vida?

Es mi segunda casa, es un lugar donde me siento muy a gusto y he recibido mucho cariño, mucho  más del que merezco, siempre digo que no tengo forma de agradecerle al público de carnaval todo el amor que me han dado a lo largo de todos estos años y donde también he podido ofrecer cariño y afecto, porque tengo ahí en carnaval quizás mis mejores amigos, gente que considero parte de mi familia. Por otro lado ha sido una cuna artística y un lugar de desarrollo muy importante. Pero lo que más destaco de carnaval es la posibilidad de transformarme como ser humano, el trabajo en grupo tiene esa posibilidad de enriquecerte y permitirte aprender de tus propios errores, es ensayo artístico, pero es ensayo humano.

¿Qué cosas te motivan a componer?

La composición aparece sin que uno la esté esperando, pero es cierto que hay que trabajar, que hay que estar atento a las pulsiones personales, a las sensaciones, a las cosas que te sensibilizan y eso lleva una cuota de trabajo extra, es decir,  no basta solo con una emoción. Una canción tiene que transformarse después en algo que se pueda sacar afuera y pueda ser escuchado por otros. A mi modo de ver, tiene un trabajo de escritorio, donde uno empieza a ponerle una estructura a esa emoción y trata de darle una forma definitiva, esa sensación, que puede partir de un hecho fortuito, puede tener que ver con una relación humana, con el amor o con la tristeza...son infinitos los disparadores.

¿Crees que lo que haces tiene o puede tener algún impacto a nivel social?

No soy yo en realidad quien debería responder esta pregunta, nunca se tiene idea de lo que se puede alcanzar teniendo el privilegio de subir a un escenario, si sé que en carnaval se pueden hacer muchos aportes y también sé que el arte es una herramienta de transformación,  que puede cambiar a la sociedad, que puede transformar a la gente, dándole la oportunidad de expresarse. 

¿El carnaval para vos tiene fecha de retirada o es hasta que el cuerpo aguante?

Nunca pienso el carnaval en función de si volveré a salir, estoy en una etapa de mi vida en relación a la música y a lo artístico en la cual me embarco en todo aquello que siento que me hace bien, tanto en lo que tiene que ver con la música, con una banda, con una obra teatral o con un proyecto artístico de cualquier naturaleza. Para mí es muy importante el proyecto artístico en sí mismo, la gente que lo integra y sobre todo sentir que es algo que me  me va a hacer crecer. Uno cuando es más joven, quizás, o al menos trato de recordarme cuando tenía 18 o 19 años, anda detrás del “éxito” , de querer que a través de la música se puedan lograr “otras cosas” y que no son propiamente musicales, a esta altura de mi vida lo único que pretendo del arte es que me sane.

¿Qué opinión tenés de la dinámica actual del concurso oficial de carnaval?

El concurso de carnaval primero que nada es una parte de la fiesta, una parte  bastante discutida, no tengo una opinión al respecto del concurso, no soy absolutamente contrario a que suceda, porque de hecho participo y he participado muchos años o participo en proyectos que concursan, pero no es en mi caso el fin último, lo tomo como una instancia más. Sé que hay otras formas de hacer murga, están a la vista, están sucediendo ahora con mucha fuerza en los barrios  a través de “Más Carnaval”. Suceden hace muchos años, a través de programas como ”Esquinas de la Cultura” o el proyecto “Murga Joven”, y no tienen nada que ver con un concurso,  tiene que ver con un encuentro, con encontrarse con gente con las mismas inquietudes y participar de una fiesta de la expresión, la creatividad, el canto y el baile.

Me interesa la murga arriba del tablado, arriba del escenario, después el concurso a veces es muy mezquino y si uno se va a atar a las reglas del juego todo el tiempo para construir un espectáculo, lo que quizás puede suceder es que no haya creación verdadera. Si uno va a agarrar el reglamento para construir un espectáculo de murga el arte desaparece. Creo que hay que tener una hoja en blanco y comenzar a construir un espectáculo, después, cada grupo decidirá y sabrá si tiene que cambiar algo en función del concurso o no. A mí  no es lo que me interesa, nunca leí un reglamento de carnaval y no construyo lo que construyo en carnaval pensando en el Teatro de Verano.

¿Qué lugar ocupa el teatro hoy en día en tu vida?

Soy un actor frustrado, me presente en el año 86 a dar la prueba en la Escuela Municipal de Arte Dramático y no logre pasarla, para mí en aquel momento fue un golpe muy grande, porque tenía depositada en esa ilusión de ser actor mucha cosa y de alguna manera eso me empujo al ámbito de la música. Nunca sabré, que hubiese pasado si hubiese sido al revés y el mundo teatral me hubiese atrapado. Pero eso hace entre otras cosas, que tenga mucho respeto por los actores y las actrices, cuando a mí me presentan como actor en algunos lugares que me toca ser presentado, en alguna nota radial por ejemplo,  siempre digo que yo no soy actor, que soy un “actuador”, considero que un actor o una actriz es aquel que pasa por una escuela, que tiene información, que pasa por dentro los autores universales y que está formado en una institución, que tiene una ética y una estética determinada. Esas personas salen con una formación sólida, conociéndose en lo expresivo y con muchas herramientas técnicas. Cuando he trabajado con algunas actrices o actores y veo que el director les pide algo, observo que esa formación les permite ir a buscar a determinados lugares lo que se les está pidiendo y en mi caso cuando se me pide algo, tengo que hacer un recorrido mucho más tortuoso, para poder encontrar quizás un pedacito de lo que me están pidiendo.

¿Qué opinión tenés de la actualidad que nos toca vivir a nivel social?

La sociedad está pasando un momento de crisis. Si uno mira con un poquito de objetividad, se da cuenta que las cosas no van a cambiar de un día para el otro. El mundo está en manos de los que tienen dinero y los que tienen el  poder del dinero son los que tienen influencias y resuelven el mundo a su antojo.

Hay un montón de gente esperando oportunidades, hay esbozos de oportunidades, que estimo que va a ser muy difícil que se transformen en oportunidades reales. La posibilidad de desarrollarse, o asomar al mundo, que es el mundo en el que todos queremos vivir. Ojalá que el futuro sea mucho más generoso, me provoca dudas, porque veo que todo se mueve en una sintonía bastante sarcástica e hipócrita. Hemos naturalizado algo que es aberrante, hay gente durmiendo en las calles, hay gente teniendo que buscar comida en los contenedores, hay niños y niñas que mueren de hambre, es demoledor para la sociedad que haya niños que no van a poder tener educación. Y sin embargo la vida continua y las cosas siguen pasando y los pobres son un porcentaje que hay que llevar a una cifra menor.

 (fotografia Gabriela estrella Regal)

¿Existe alguna receta para armar un espectáculo de carnaval o simplemente es hablar sobre lo que sucede en el año?

 Para armar un espectáculo de carnaval no hay receta, o al    menos a mí no me gusta abrazarme a ningún tipo de receta. Hay que trabajar en equipo, escuchando, sabiendo dar un paso atrás, bajando el ego, trabajando de puerta abierta, sabiendo que el material que uno presenta y construye, es un material que esta puesto sobre la mesa para ser cambiado, o transformado en otro material por cualquiera de las personas que integran el equipo. No se puede trabajar desde el Yo todo el tiempo, porque nadie tiene una verdad artística absoluta, la diversidad de saberes  y experiencias son  para mí el tesoro de la creación colectiva.

 ¿Qué proyectos tenés en la actualidad y en un futuro próximo?

Estamos trabajando con Gónzalo Durán, Inés Podestá, María Noel Abella y Pablo Leites en un nuevo espectáculo; “Tirar botellas al mar”, la historia de la música uruguaya a través de relatos y canciones de diferentes compositoras y compositores desde el año 40 a la fecha.
 Además  para el año próximo venimos remontando una obra teatral para niñas y niños, con Paula Villalba; “La rimbombante travesía del ropero disparate”. Compartimos con Paula la creación del texto y la dirección. El elenco son tres actrices, Eliana Routin Romina Kuyunjian y Lucia Santamaria y el músico Camilo Routin, con la producción de Miriam Pelegrinetti,  vamos a presentar esta obra en Marzo 2021 en el Teatro Circular.

 


sábado, 8 de agosto de 2020

EL MATRIARCADO Y LA EXCLUSIVIDAD EN LOS HIJOS

 

Uno de los hechos más arraigados en la historia de nuestra sociedad, desde tiempos inmemorables, es el hecho de asociar al género femenino y en especial a aquellas mujeres que son madres, con todo lo relacionado a los niños y en especial a la crianza de los hijos.

Si bien atravesamos un siglo en donde los cambios en la sociedad se hacen, de una forma cada vez más profunda y de un tiempo a esta parte han empezado a existir leyes, que favorecen a las minorías e intentan generar cada vez más igualdad, en otras circunstancias seguimos viviendo como en siglos anteriores, el vincular de forma irremediable a aquellas mujeres que son madres con una obligación casi absoluta sobre sus hijos, dándoles el trato de primera mano con ellos que deja muchas veces relegada la figura del padre, sigue siendo una moneda corriente por estos días.

En todos estos años se ha creado una imagen relacionada al accionar paternal que es bastante nefasta, si bien tiene argumento en hechos que no admiten ningún tipo de discusión, existe una gran cantidad de padres que desean dar lo mejor por sus hijos y que viven en la separación de la madre, el hecho de que ella tenga la posibilidad de hacer y deshacer en muchas decisiones, ya que el Estado la ampara en casi todo, como si los hijos fueran una especie de propiedad de sus madres, y dándole un rol de obligación meramente económico al padre que si no pasa la famosa pensión es un desalmado que no le interesan su hijos, nunca en ningún momento es tenido en cuenta, el derecho que tienen los padres con sus hijos, que irremediablemente es el mismo que tienen las madres.

Si bien son contados los casos de padres que tienen la tutela de sus hijos al separarse, la sociedad toda debería empezar a aceptar, que tanto las madres como los padres tienen los mismos derechos sobre sus hijos y deberían de tener la misma posibilidad de compartir el tiempo y sus vidas con ellos y no que simplemente sean una generación de obligaciones para el lado paternal y de derechos para el lado maternal.

 

sábado, 1 de agosto de 2020

LA COALICIÓN QUE NO FUE


A pocos meses de empezar el mandato de un Gobierno que avizoraba ser una coalición de varios partidos repartidos en los diferentes cargos estatales, se fue desinflando de a poco y hoy es casi inexistente.

Hace unos meses atrás se nos hablaba de una especie de Gobierno idílico, en el cual podían convivir representantes de diferentes fuerzas políticas y llevar a cabo un mandato en donde todos tuvieran su participación y aportaran desde su lugar con ideas innovadoras para poder sacar el país de una supuesta situación de crisis en la que nos veíamos inmersos tras quince años de mandato de Gobiernos de la izquierda.

Aún no está claro si es a causa del Coronavirus o que paso, que ese sueño se fue derrumbando de a poco y empezaron a aparecer las viejas políticas de siempre en donde cada uno defiende sus intereses y el que tiene más poder, hace caer lo que quieren imponer los demás demostrando quien es el que manda y como se deben hacer las cosas realmente.

La famosa coalición multicolor, se quedó sin uno de sus principales representantes e impulsor también de todo esto como lo fue Ernesto Talvi, líder del Partido Colorado, dejando un vacío en el Gobierno y sin representación a un porcentaje de la masa electoral que por seguir su discurso, aprobó que ganara esta causa, de la que hoy se baja, otro que incentivo a la población a votar por esta opción fue Edgardo Novick, quien no ha estado presente en nada relacionado al accionar gubernamental, por lo que en resumidas cuentas, conforme pasa el tiempo, el plan se va desbaratando y tienen que aparecer nuevas opciones de cabotaje para salvaguardar la imagen que se buscan dar ante la opinión pública.

Esta nueva experiencia que atraviesa nuestro país a nivel político no hace más que dejar a las claras que no existen nuevas formas de hacer política, sino que existen viejas intenciones solapadas con nuevos eslóganes y promesas para volver a enamorar al electorado, que elección tras elección se encuentra más desencantado.



sábado, 25 de julio de 2020

EL CAMBIO EN EL VALOR DE LA VIDA


La llegada de una pandemia, que no para de cobrarse vidas a nivel mundial, sin dudas ha hecho reflexionar en todo este tiempo a más de uno, en que quizás no estábamos y aun no estamos enfocando nuestras vidas, hacia el lugar correcto, o por lo menos hacia las cosas que realmente valen la pena que se roben nuestro interés.

La pérdida de fuentes de trabajo de forma masiva, así como un nuevo brote del virus, que se comienza a expandir en todas direcciones, ya sin mirar clase social, oficio, raza, religión o edad, como consecuencia, en parte del lento despertar de un país casi paralizado por este tema y por otro lado, por habernos creído que ya estaba del todo superado, ha llevado a que una gran porción de la población se haya visto afectada de forma irremediable, desde lo económico, que en una sociedad de consumo como en la que vivimos es uno de los peores males, así como también las costumbres de muchos cambiaron ya que sus rutinas forzosamente dejaron de ser las de siempre. 

Cuando el dinero no alcanza, la manera de superar eso, es empezar a interesarse por cosas que no estén tan relacionadas con lo material, para intentar esquivar la frustración de aceptar que no se puede consumir como antes, este proceso, termina desembocando en aprender que con el consumo buscamos llenar un espacio, con cosas que a lo mejor no necesitábamos tanto como creíamos, pero que nos hacía muy bien tenerlas, por lo que esa sensación sufre un corrimiento hacia cosas que nos llenen o nos dan una felicidad más genuina.

Las situaciones de pérdidas de vida en esta pandemia, así como las circunstancias de las personas que se quedaron sin empleo mostraron que el valor que les damos a nuestra vida debe de ser otro, porque el estar donde estamos, quizás sea más frágil de lo que nos lo imaginamos, el pasar por crisis de este tipo nos demuestra que muchas veces los afectos juegan un rol muy importante que en el día a día y quedan totalmente solapado por la rutina que nos consume toda nuestra atención, para cumplir con obligaciones, que pueden llegar a ser tan volátiles como la vida que se puede cobrar una enfermedad.




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