Se define como un actor frustrado, es un histórico del carnaval y sobre todo un icono del genero murga, la composición sin duda también es uno de sus fuertes, ha trabajado junto a músicos que han hecho historia en la música del Uruguay, en esta oportunidad, paso por Periodismo en tus Manos Pablo “Pinocho” Routin.
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(Fotografia Eliana Routin) |
¿Cómo fueron tus primeros acercamientos a la música?
Me acerque primero que nada al ámbito teatral en el año 81, a un grupo de teatro que había en el barrio donde yo vivía, en Playa Pascual, iba desde Montevideo a trabajar con nosotros, el actor Oscar Serra.
Teníamos
un grupo de teatro de adolescentes, esa fue mi primera incursión en algo que
después se iba a poner sobre un escenario, a la música propiamente dicha me
acerque a través del carnaval, desde muy niño siempre yendo al tablado e
impactado por el género.
Salí por primera vez en carnaval en el
año 1984 en la murga “Justamente Risas”
A partir de ahí fueron sucediendo algunos hechos, que yo los considero mágicos, como la invitación de sumarme a Falta y Resto y un poco más adelante la invitación de Jaime Roos para participar de su banda, de esta manera comenzó todo este camino musical.
¿Qué significa el carnaval en tu vida?
Es mi segunda casa, es un lugar donde me siento muy a gusto y he recibido mucho cariño, mucho más del que merezco, siempre digo que no tengo forma de agradecerle al público de carnaval todo el amor que me han dado a lo largo de todos estos años y donde también he podido ofrecer cariño y afecto, porque tengo ahí en carnaval quizás mis mejores amigos, gente que considero parte de mi familia. Por otro lado ha sido una cuna artística y un lugar de desarrollo muy importante. Pero lo que más destaco de carnaval es la posibilidad de transformarme como ser humano, el trabajo en grupo tiene esa posibilidad de enriquecerte y permitirte aprender de tus propios errores, es ensayo artístico, pero es ensayo humano.
¿Qué cosas te motivan a componer?
La composición aparece sin que uno la esté esperando, pero es cierto que hay que trabajar, que hay que estar atento a las pulsiones personales, a las sensaciones, a las cosas que te sensibilizan y eso lleva una cuota de trabajo extra, es decir, no basta solo con una emoción. Una canción tiene que transformarse después en algo que se pueda sacar afuera y pueda ser escuchado por otros. A mi modo de ver, tiene un trabajo de escritorio, donde uno empieza a ponerle una estructura a esa emoción y trata de darle una forma definitiva, esa sensación, que puede partir de un hecho fortuito, puede tener que ver con una relación humana, con el amor o con la tristeza...son infinitos los disparadores.
¿Crees que lo que haces tiene o puede tener algún impacto a nivel social?
No soy yo en realidad quien debería responder esta pregunta, nunca se tiene idea de lo que se puede alcanzar teniendo el privilegio de subir a un escenario, si sé que en carnaval se pueden hacer muchos aportes y también sé que el arte es una herramienta de transformación, que puede cambiar a la sociedad, que puede transformar a la gente, dándole la oportunidad de expresarse.
¿El carnaval para vos tiene fecha de retirada o es hasta que el cuerpo aguante?
Nunca pienso el carnaval en función de si volveré a salir, estoy en una etapa de mi vida en relación a la música y a lo artístico en la cual me embarco en todo aquello que siento que me hace bien, tanto en lo que tiene que ver con la música, con una banda, con una obra teatral o con un proyecto artístico de cualquier naturaleza. Para mí es muy importante el proyecto artístico en sí mismo, la gente que lo integra y sobre todo sentir que es algo que me me va a hacer crecer. Uno cuando es más joven, quizás, o al menos trato de recordarme cuando tenía 18 o 19 años, anda detrás del “éxito” , de querer que a través de la música se puedan lograr “otras cosas” y que no son propiamente musicales, a esta altura de mi vida lo único que pretendo del arte es que me sane.
¿Qué opinión tenés de la dinámica actual del concurso oficial de carnaval?
El concurso de carnaval primero que nada es una parte de la fiesta, una parte bastante discutida, no tengo una opinión al respecto del concurso, no soy absolutamente contrario a que suceda, porque de hecho participo y he participado muchos años o participo en proyectos que concursan, pero no es en mi caso el fin último, lo tomo como una instancia más. Sé que hay otras formas de hacer murga, están a la vista, están sucediendo ahora con mucha fuerza en los barrios a través de “Más Carnaval”. Suceden hace muchos años, a través de programas como ”Esquinas de la Cultura” o el proyecto “Murga Joven”, y no tienen nada que ver con un concurso, tiene que ver con un encuentro, con encontrarse con gente con las mismas inquietudes y participar de una fiesta de la expresión, la creatividad, el canto y el baile.
Me interesa la murga arriba del tablado, arriba del escenario, después el concurso a veces es muy mezquino y si uno se va a atar a las reglas del juego todo el tiempo para construir un espectáculo, lo que quizás puede suceder es que no haya creación verdadera. Si uno va a agarrar el reglamento para construir un espectáculo de murga el arte desaparece. Creo que hay que tener una hoja en blanco y comenzar a construir un espectáculo, después, cada grupo decidirá y sabrá si tiene que cambiar algo en función del concurso o no. A mí no es lo que me interesa, nunca leí un reglamento de carnaval y no construyo lo que construyo en carnaval pensando en el Teatro de Verano.
¿Qué lugar ocupa el teatro hoy en día en tu vida?
Soy un actor frustrado, me presente en el año 86 a dar la prueba en la Escuela Municipal de Arte Dramático y no logre pasarla, para mí en aquel momento fue un golpe muy grande, porque tenía depositada en esa ilusión de ser actor mucha cosa y de alguna manera eso me empujo al ámbito de la música. Nunca sabré, que hubiese pasado si hubiese sido al revés y el mundo teatral me hubiese atrapado. Pero eso hace entre otras cosas, que tenga mucho respeto por los actores y las actrices, cuando a mí me presentan como actor en algunos lugares que me toca ser presentado, en alguna nota radial por ejemplo, siempre digo que yo no soy actor, que soy un “actuador”, considero que un actor o una actriz es aquel que pasa por una escuela, que tiene información, que pasa por dentro los autores universales y que está formado en una institución, que tiene una ética y una estética determinada. Esas personas salen con una formación sólida, conociéndose en lo expresivo y con muchas herramientas técnicas. Cuando he trabajado con algunas actrices o actores y veo que el director les pide algo, observo que esa formación les permite ir a buscar a determinados lugares lo que se les está pidiendo y en mi caso cuando se me pide algo, tengo que hacer un recorrido mucho más tortuoso, para poder encontrar quizás un pedacito de lo que me están pidiendo.
¿Qué opinión tenés de la actualidad que nos toca vivir a nivel social?
La sociedad está pasando un momento de crisis. Si uno mira con un poquito de objetividad, se da cuenta que las cosas no van a cambiar de un día para el otro. El mundo está en manos de los que tienen dinero y los que tienen el poder del dinero son los que tienen influencias y resuelven el mundo a su antojo.
Hay un montón de gente esperando oportunidades, hay esbozos de oportunidades, que estimo que va a ser muy difícil que se transformen en oportunidades reales. La posibilidad de desarrollarse, o asomar al mundo, que es el mundo en el que todos queremos vivir. Ojalá que el futuro sea mucho más generoso, me provoca dudas, porque veo que todo se mueve en una sintonía bastante sarcástica e hipócrita. Hemos naturalizado algo que es aberrante, hay gente durmiendo en las calles, hay gente teniendo que buscar comida en los contenedores, hay niños y niñas que mueren de hambre, es demoledor para la sociedad que haya niños que no van a poder tener educación. Y sin embargo la vida continua y las cosas siguen pasando y los pobres son un porcentaje que hay que llevar a una cifra menor.
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(fotografia Gabriela estrella Regal) |
¿Existe alguna receta para armar un espectáculo de carnaval o simplemente es hablar sobre lo que sucede en el año?
Para armar un espectáculo de carnaval no hay receta, o al menos a mí no me gusta abrazarme a ningún tipo de receta. Hay que trabajar en equipo, escuchando, sabiendo dar un paso atrás, bajando el ego, trabajando de puerta abierta, sabiendo que el material que uno presenta y construye, es un material que esta puesto sobre la mesa para ser cambiado, o transformado en otro material por cualquiera de las personas que integran el equipo. No se puede trabajar desde el Yo todo el tiempo, porque nadie tiene una verdad artística absoluta, la diversidad de saberes y experiencias son para mí el tesoro de la creación colectiva.
¿Qué proyectos tenés en la actualidad y en un futuro próximo?
Estamos
trabajando con Gónzalo Durán, Inés Podestá, María Noel Abella y Pablo Leites en
un nuevo espectáculo; “Tirar botellas al mar”, la historia de la música
uruguaya a través de relatos y canciones de diferentes compositoras y compositores
desde el año 40 a la fecha.
Además
para el año próximo venimos remontando una obra teatral para niñas y
niños, con Paula Villalba; “La rimbombante travesía del ropero disparate”.
Compartimos con Paula la creación del texto y la dirección. El elenco son tres
actrices, Eliana Routin Romina Kuyunjian y Lucia Santamaria y el músico Camilo
Routin, con la producción de Miriam Pelegrinetti, vamos a presentar esta obra en Marzo 2021 en
el Teatro Circular.
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