Con el paso de los años, los noticieros televisivos fueron ganando espacios de preferencia en la programación de los diferentes canales, al principio, ocupaban el Prime Time nocturno y luego se fueron extendiendo hacia la mañana, el mediodía y hasta una edición al finalizar la jornada.
Quizás este cambio se debió a la necesidad que se empezó a generar por los espectadores de estar informados al instante buscando conocer la noticia de último momento.
El hecho de generarle tantos minutos de pantalla a los informativos, género que de a poco el contenido se fuera volviendo más liviano y vacío para poder cubrir el tiempo necesario en la pantalla.
La semana Santa quizás sea el ejemplo más claro, para demostrar esta teoría, los noticieros invierten gran parte de su tiempo, en móviles en vivo, desde las pescaderías del puerto del Buceo, tratando de informar cómo viene la venta y generando una noticia, a partir de que la gente compra pescado.
Desde hace años existe una queja generalizada acerca de la cantidad de tiempo que se le dedica a la crónica roja, si bien se ha podido notar un cambio relevante en ese aspecto, no se dejan de “inventar” noticias para cubrir espacios totalmente muertos de tiempo en televisión, que deben ser rellenados de alguna forma.
También habría que agregar que el Uruguay es un país, en donde pasan muy pocas cosas relevantes, como para formar parte de un noticiero, entonces, partiendo de esa base, se puede entender la frivolidad del contenido. A partir del momento en el que se quiera hacer del informativo un programa con contenido real y no un show televisivo que busque entretener, podremos notar un cambio real de lo expuesto, quizás para eso habría que volver a las raíces del mismo para poder generar un contenido genuino y sobre todo real.
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