Los
hechos sucedidos el fin de semana pasado en el estadio Luis Troccoli no hacen más
que confirmar, el riesgo que representa para cualquier persona asistir a un
partido de estas características, no cabe dudas que tenemos un futbol tercer mundista
en donde el dinero existente se reparte entre muy poca gente y el resto se mata
por llevarse alguna tajada.
Luego
vienen los hinchas que parece que sienten una pasión interior que es muy difícil
de explicar pero que la canalizan rompiendo estadios o peleándose con la policía.
El
ejemplo más claro lo vivió Nacional hace unos días, gracias a los disturbios en
un partido en donde enfrentaron a Newell`s, sancionaron económicamente al club,
y además los hicieron jugar a puertas cerradas, esto puede parecer algo no tan
malo, pero hay que tener en cuenta que la recaudación se reparte entre ambos
equipos y en este caso Nacional tuvo que desembolsar dinero para Palestino sin
haber obtenido ni un peso por recaudación, además del hecho de todas las
incorporaciones que hicieron y que hoy hace que tenga un presupuesto
inaceptable para este futbol y que lo va a tener que bancar con el ingreso de
cada fin de semana, es decir va directo a la quiebra.
A
toda esta situación se sumó la de los hinchas provocando disturbios fuera del
Parque Central, generando que la policía lanzara gases lacrimógenos para
reprimir, hecho que termino repercutiendo en el partido, es decir ¿qué tan
hinchas pueden ser estos muchachos?
A
vece no se debería criticar a las personas sin saber determinas cosas como que
las guía a actuar así o si realmente disfrutan hacer esto, pero ya a esta
altura es inexplicable, para lo que es nuestro futbol y el presente de los
equipos que realmente no le ganan a nadie, no se justifica ni un poco esas
actitudes, tampoco podemos vivir del pasado y seguir pensando que Nacional y
Peñarol son campeones de América y del Mundo porque realmente no lo son.
Gabriel Cortazzo
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