Es muy difícil poder pensar hoy en día en algún tipo de estilo de vida en donde no tengan lugar las pantallas. Aquello que comenzó como algo exclusivo del cine y que luego busco la masificación a través de la televisión, siguió esa transformación conforme paso el tiempo, hasta encontrarse actualmente de mil formas diferentes todo el tiempo.
Sin dudas, que su alcance ha llegado a tal punto que estamos en condiciones de decir que las pantallas afectan nuestras conductas diarias y con esto por defecto nuestro relacionamiento con el entorno. Este hecho genera que un factor externo a nuestro cuerpo o nuestra realidad como seres individuales actúe de catalizador de nuestro día a día, marcando con esto muchas veces, la tendencia de nuestro accionar cotidiano y por ende pautando nuestro futuro, al menos a corto plazo.
Las pantallas en la actualidad buscan mostrarnos la realidad, hacernos consumir, integrarnos a una supuesta sociedad que cohabita con nosotros en ese mismo ecosistema y hasta realizarnos, pudiendo hacer cursos en línea o encontrarnos cualquier tipo de conocimiento o respuesta a cualquier duda de tipo intelectual que nos planteemos. Todo lo mencionado sin dudas ha creado una especie de realidad paralela a la que conocemos, que pasa solo a través de los dispositivos.
El uso de estas nuevas tecnologías incluso ha logrado que nos acerquemos aun mas a ese mundo y formemos parte de él, confundiéndolo muchas veces con el convencional, al que solemos llamarle realidad o que al menos hasta hace unos años atrás conocíamos con ese nombre.
Actualmente el debate pasa por lograr entender hasta que punto le damos paso a la digitalización en nuestras vidas y que lugar ocupa lo analógico, o al menos cuanto tiempo más se podrá sostener. La inteligencia artificial viene avanzando a pasos agigantados y ya es casi impensado sostener una vida sin un dispositivo con conexión a internet a mano.
La famosa realidad virtual se va abriendo paso y desplazando a aquella que necesitaba de nuestra presencia para existir como tal. Nos estamos acostumbrando cada vez mas a que no es necesario que todo necesite de una comprobación de tipo empírica, sino que con que otro nos diga nos comente o suba un videíto ya nos alcanza para darlo por cierto y a partir de eso formar una opinión de esa “realidad”.