Lo sucedido este fin de semana en Olavarría en el toque del
Indio Solari, no es más que el simple reflejo de lo que estamos viviendo a
nivel social, tanto uruguayos, como argentinos, la clara situación de que se está
haciendo algo que no corresponde pero que en algún punto nos beneficia,
entonces se tira de la cuerda hasta que esta no soporta y se rompe. Muchas veces
no somos capaces de medir las consecuencias reales de lo que puede llegar a
pasar.
El hecho de ver que el ambiente en el recital minuto a
minuto se complicaba más, no fue impedimento para que una horda de dementes
siguieran agitando sin entender la real situación de lo que allí acontecía, de
cualquier forma, la mayor parte de la culpa la tienen los organizadores y el
propio artista que no supo dominar la situación a tiempo.
Ni que hablar que el nivel de violencia con el que los fanáticos
van a vivir un recital de este tipo es la madre de este problema, pero existen
mecanismos en pleno siglo XXI para poder llevar la fiesta en paz, si está bien
organizada. Es triste que lo que significaba una fiesta haya terminado en una
tragedia y que hoy estemos lamentando dos fallecidos. Esperemos que este tipo
de situaciones dejen de existir, no es comparable con lo de Cromañón como
muchos lo han intentado comparar, pero son circunstancias que se pueden evitar
totalmente con un poco de voluntad.
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