miércoles, 5 de junio de 2024

SI HAY MISERIA QUE NO SE NOTE

 

Todo el tiempo y casi que sin pensarlo buscamos dar nuestra mejor versión delante de aquellos que nos observan, conviven con nosotros o se relacionan de alguna forma con nuestra cotidianeidad. Si bien por naturaleza todos tenemos alguna particularidad o algo que nos hace destacar ante el resto de forma positiva y muchas veces admirable, en contrapartida tenemos una serie de características, costumbres o formas de manejarnos en la vida que distan mucho de lo que el exterior podría esperar de nosotros.

Es extraño el pensar que en realidad nunca nos podemos mostrar realmente como somos ya que de una forma u otra en cada relación que tenemos, se encuentran cosas en juego, las cuales para nosotros son valiosas y deseamos cuidarlas o mantenerlas. Desde relaciones de tipo afectivas a laborales, que nos dan el sustento de cada día.

La pregunta es ¿Cómo sería la realidad si todos nos mostráramos como somos o al menos sin esconder aquello que entendemos que puede afectar o generar indignación en el otro? Con esto no se habla estrictamente de situaciones de opciones de tipo sexual que son reprimidas por muchos por miedo a incomodar o conductas inapropiadas con el consumo de drogas, sino más específicamente de comportamientos que tenemos puertas adentro y que muchos de nuestros allegados jamás llegan a saber. Todo el tiempo nos sucede y casi que sin darnos cuenta de que por más que estemos en el siglo XXI sigue tallando fuerte el famoso miedo al qué dirán.

Todos tenemos miserias para esconder o para guardarlas para el momento adecuado, a sabiendas de esto, buscamos de cualquier forma ser integrados a una sociedad que muchas veces castiga o señala al diferente por lo que nos es imperante poder formar parte de, para poder subsistir en la misma.

Partiendo de este punto podemos llegar a entender que nadie es totalmente perfecto ni mucho menos feliz, todo aquello que vemos en los demás y que nos genera cierta admiración tiene por contrapartida una realidad que desconocemos en lo absoluto, pero que muchas veces omitimos saberla o al menos imaginarla. Podríamos caer en ese juego de palabras que versa que lo que vemos realmente no es como creemos que es y al pensar esto no nos estaríamos alejando de la realidad, pero el eterno problema radica en que la realidad termina siendo solamente aquello que los demás dejan que sepamos de ellos y no la totalidad de los hechos, que pasan a ser asuntos personales de la vida de cada uno.

El mirar más allá de lo que damos por sentado como verdad o todo lo que en cierto punto entendemos como realidad, puede ser la clave para poder intentar entender mejor al otro, entendiendo a este como todo aquello que no forma parte de uno mismo, pero que en definitiva termina componiendo a nuestro entorno.

lunes, 27 de mayo de 2024

ENTREVISTA A EMIL MONTGOMERY

 Es uno de los artistas más polifacéticos del Uruguay que a través de la búsqueda de sonoridades, imágenes, luces y diferentes motivaciones a los sentidos busca lograr un clima en el que el espectador se sienta totalmente involucrado con lo que esta sucediendo en el escenario, esa ardua tarea le ha valido ser reconocido no solo en su país, sino que alrededor del mundo; En esta oportunidad paso por Periodismo en tus Manos Emil Montgomery.


 
¿A lo largo de tu carrera has logrado encontrar algún hilo conductor entre la música, la pintura y la arquitectura?

Para mí, todos los sentidos están intrínsecamente conectados. La forma, la estética, la pintura, los colores y la música evocan en mí respuestas automáticas. A menudo, la música surge a través de una imagen, un color o una textura; otras veces, la arquitectura me inspira a crear una puesta en escena donde la música actúa como el hilo conductor. Este enlace se manifiesta de manera natural en mí, casi como una respuesta instintiva que vincula sonido, imagen y estética.

¿Cómo podrías definir lo que haces?

Definir lo que hago puede ser contraproducente, ya que, al definirnos, nos limitamos. Crear fronteras alrededor de nuestra identidad o nuestro trabajo es, en cierto modo, programar nuestras respuestas y restringir nuestra libertad creativa. Como artista, creo que es fundamental operar en un espacio de completa libertad para descubrir lo auténtico y original en nuestra expresión. Pero entiendo que también es necesario ofrecer definiciones básicas para la comprensión en un contexto más amplio. En esencia, me considero un creador. Trabajo con diversos elementos y medios, como la música, el performance, las imágenes y los efectos visuales, buscando siempre crear una experiencia única para el espectador. Cada puesta en escena, cada espectáculo, es una oportunidad para ofrecer algo distinto, algo que resonará de manera única con cada persona que lo experimenta. Este es el rol en el que, hasta ahora, me siento cómodo.

¿Qué es lo que te inspira o motiva a componer?

Lo que me inspira a componer es un conjunto diverso de influencias y experiencias. A menudo, me siento motivado por mis propias vivencias personales y emociones que busco expresar a través de la música. Además, me inspiran el arte visual, la literatura y los movimientos culturales, lo que me permite explorar nuevas perspectivas y sonidos. Sin embargo, debo admitir que también existe un elemento más misterioso en mi inspiración: la memoria más allá de mi historia. Creo que todos poseemos una memoria que trasciende nuestra historia física o personal en este plano. Traemos recuerdos de otros lugares, ideas que se manifiestan con una claridad que varía según cuánto las nuble mi estado mental actual. Cuando logro conectarme con esas memorias, emergen composiciones maravillosas que parecen venir de un lugar ajeno a mí, como si descendieran de algún rincón desconocido de la existencia. Estas ‘memorias’ son una fuente inagotable de inspiración, revelando conocimientos que residen profundamente en mí y a los que consigo reconectarme. Este proceso es fundamental en mi búsqueda creativa, impulsado tanto por colaboraciones con otros artistas como por mi interacción continua con el mundo.”

¿Cómo la modernidad de la electrónica llega a fusionarse con ritmos clásicos o autóctonos de un lugar?

En la fusión de la modernidad electrónica con ritmos clásicos o autóctonos, observo principalmente dos caminos. El primero es un enfoque más comercial, donde se busca integrar elementos folclóricos de diversas culturas con el objetivo de crear una ‘firma sonora’ única que se distinga del estándar. Este método puede resultar en un éxito comercial rápido porque combina la novedad con las raíces culturales profundas, presentando sonidos que, aunque son nuevos para muchos, están imbuidos de una rica herencia.

El segundo camino es uno de exploración más profunda y auténtica, donde la integración de los elementos tradicionales con la electrónica se realiza de manera más reflexiva y respetuosa. Este proceso es evolutivo y considera las tradiciones no solo como un medio para un fin, sino como un componente esencial del lenguaje musical que debe evolucionar en conjunto con las nuevas tecnologías. A menudo, este enfoque da lugar a obras que perduran en el tiempo, resonando con más fuerza debido a su profundidad y autenticidad.

En ambos casos, la música electrónica, al ser un lenguaje universal, permite que estas fusiones alcancen a audiencias globales. Sin embargo, es en la profundidad de la conexión con las tradiciones donde creo que realmente se encuentra el valor duradero y el impacto emocional de la música.

¿Cuál crees que es el camino que un artista debe de recorrer para no intentar ser una moda?

El camino que un artista debe recorrer para no caer en la trampa de la moda es, en esencia, el mismo que cualquier persona debe emprender para descubrirse a sí misma. Es un viaje de introspección profunda, un proceso para desprogramarnos de la necesidad de aceptación y del deseo de ser queridos masivamente, lo cual es una gran ilusión. A menudo, se nos enseña que el éxito se mide por el nivel de aceptación que tenemos externamente, no por el grado de superación personal o por lo que realmente logramos con nosotros mismos.

Para un artista, sobre todo aquellos expuestos a la vida pública, es fácil caer en la búsqueda de estar en moda y ser aceptados, para no sentirse efímeros. Pero quien realmente desea sentirse feliz y pleno con su trabajo debe alejarse de esa necesidad de poder, que en realidad no es un poder verdadero. El verdadero poder reside en encontrarse a uno mismo, en ser auténtico y, como artista, tener la capacidad de decidir y tomar los riesgos necesarios para expresar y promover pensamientos propios, que no son meras réplicas del estándar o de la moda una vez más, disfrazada.

Un verdadero artista, no solo uno que lleva la etiqueta, siente un llamado ineludible hacia su expresión personal. Sigue una brújula interna hacia lo que realmente desea expresar, moviéndose de manera auténtica y sincera. Este es el camino que paradójicamente asegura no solo la autenticidad, sino también una relevancia duradera en el mundo del arte

¿Cuánto influye la realidad social en tu actividad como artista?

La realidad social influye profundamente en mi actividad como artista, aunque de manera distinta a como podría influir en otros. En lugar de seguir las corrientes predominantes o responder directamente a las demandas del mercado, utilizo mi arte como una forma de explorar y responder a las dinámicas sociales desde una perspectiva muy personal. Mi enfoque se centra en la introspección y en cómo los sucesos y cambios sociales resuenan a nivel personal.

Este proceso de reflexión interna me permite abordar temas sociales no solo como comentarios externos, sino como experiencias vividas que transformo en expresiones artísticas. Así, mi arte no solo refleja una realidad social, sino que también explora cómo esa realidad modifica nuestras percepciones, emociones y pensamientos. Este enfoque me ayuda a mantenerme fiel a mi visión artística y a evitar ser arrastrado por las tendencias.

En esencia, la realidad social es tanto un espejo como un catalizador en mi trabajo, impulsándome a indagar más allá de lo superficial y a buscar conexiones más profundas y duraderas con mi audiencia. Este enfoque me permite, como artista, abordar temas relevantes de manera que sean tanto universales como íntimamente personales

¿La tecnología es una ayuda para los artistas o mata un poco la esencia misma de la creación humana?

La relación entre la tecnología y la música es compleja y de doble cara, similar a su impacto en otras áreas de la vida. La tecnología puede ser tanto una bendición como un obstáculo para la creatividad, y su efecto depende en gran medida de cómo se utilice. Últimamente, he observado que la rapidez impuesta por las nuevas tecnologías puede sofocar la creatividad musical. Estamos presionados para producir constantemente contenido nuevo, para subir pista tras pista a las redes sociales y plataformas de streaming, lo que no permite que la música madure como debería.

La creatividad necesita tiempo y espacio para desarrollarse, y estos no pueden competir con los ritmos acelerados de la sociedad actual. Incluso con la llegada de tecnologías como la inteligencia artificial, que puede crear melodías y armonías, se corre el riesgo de que se erosionen aún más los procesos creativos humanos, ya que estas herramientas pueden llevarnos a depender demasiado de soluciones prefabricadas y rápidas.

Sin embargo, si se utiliza de manera consciente y respetuosa, la tecnología puede ser una herramienta democrática y poderosa que amplía el alcance y las posibilidades para los artistas. Cuando se respeta el proceso creativo, y se mantiene la fidelidad a lo que queremos expresar, la tecnología funciona como herramienta y puede enriquecer nuestra expresión artística en lugar de diluirla. En este sentido, es fundamental que los artistas aprendan a equilibrar el uso de la tecnología con un compromiso firme por la autenticidad y la profundidad en su trabajo creativo

¿Por qué crees que cada vez nos cuesta más consumir de forma masiva obras artísticas con cierto nivel de complejidad?

Creo que hay varios factores que contribuyen a que cada vez nos cueste más consumir obras artísticas de cierta complejidad de forma masiva. En primer lugar, la saturación de información y la velocidad con la que consumimos contenido digital han cambiado significativamente nuestras expectativas y nuestra capacidad de atención. Vivimos en una era de gratificación instantánea, donde el contenido rápido y fácil de digerir suele ser más apreciado porque se adapta mejor a nuestros estilos de vida agitados y a las demandas constantes de nuestra atención.

Además, las plataformas de distribución de contenido, como las redes sociales y los servicios de streaming, están diseñadas para maximizar el consumo rápido de contenido. Estos algoritmos a menudo priorizan lo que es inmediatamente atractivo o popular sobre lo que requiere un compromiso más profundo y prolongado, lo que puede desalentar la exploración de obras y o pensamientos más complejos.

Por otro lado, existe una falta de educación artística en muchos sistemas educativos, lo que limita la capacidad de las audiencias para apreciar y entender formas de arte que demandan una mayor reflexión y conocimiento. Sin un marco de referencia cultural y sin las herramientas críticas necesarias para abordar obras más desafiantes, es natural que el público en general gravite hacia opciones más accesibles y menos exigentes.

Finalmente, el clima cultural predominante que valora más el entretenimiento y la diversión inmediata sobre la introspección o el desafío intelectual también juega un rol importante en este fenómeno. Cambiar esta tendencia requerirá un esfuerzo consciente para fomentar la apreciación del arte en todas sus formas y una valoración de la complejidad como una fuente de enriquecimiento y no de alienación

¿Con que músicos te identificas y por qué?

Identificarme con músicos es un tema complejo porque, para mí, la conexión no siempre se establece con su música, sino con la persona detrás de ella, sus ideas y su enfoque creativo. Me atraen aquellos artistas que son innovadores, que proponen algo nuevo y que no tienen miedo de revolucionar su campo, aun cuando su música en sí no sea de mi agrado personal. Esta distinción entre el artista como individuo y su obra es fundamental en mi apreciación artística.

Por otro lado, hay música que me encanta, pero al conocer más sobre la vida personal y las opiniones del creador, a veces encuentro que no me identifico con su manera de pensar o de vivir. Este fenómeno es fascinante y refleja la complejidad de la relación entre artistas y sus audiencias. Creo firmemente que es importante separar la obra del artista, ya que cada una puede ser apreciada por sus propios méritos.

En la cultura actual, influenciada por las redes sociales y la omnipresencia del ‘lifestyle’, a menudo accedemos a las obras a través de la personalidad pública del artista, lo que puede distorsionar nuestra percepción de su arte. Sin embargo, considero vital esforzarnos por entender y valorar las creaciones artísticas independientemente de la vida personal del artista, porque la verdadera esencia de la obra reside en su capacidad para comunicar, inspirar y provocar, más allá de la figura que la creó.

La siguiente podría ser una lista de los artistas que desde su personaje o su música me han influenciado. En algunos casos estas dos circunstancias se combinan, pero dejaré a la imaginación de cada uno adivinarlo: Frank Zappa, John Lennon, Bob Dylan, Nina Simone, Patti Smith, Prince, Luigi Russolo, Gustavo Pena, Marvin Gaye, Pierre Henry, Jean Michel Jarre, Vangelis, Syd Barret, Johann S. Bach, Wolfgang A. Mozart, Igor Stravinsky y Bob Marley

¿Qué sentis que te queda por hacer a nivel artístico que aún no hayas hecho?

Ser un buen pianista. 


 

 

 

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