viernes, 9 de junio de 2023

¿EN QUE MOMENTO SE PRODUCEN LOS CAMBIOS DE CÓDIGOS EN LA SOCIEDAD?

 

¿Por qué nos cuesta tanto imaginar cómo se vivía hace veinte años atrás y entender que no existe compatibilidad alguna con el hoy en día? ¿Qué fue lo que sucedió en el medio? ¿que hizo que la manera de movernos en la actualidad diste mucho de la de hace un par de décadas atrás? ¿Quiénes son los actores sociales que se encargan de llevar a cabo dichas transformaciones?

Quizás sean demasiadas y complejas todas estas preguntas para poder responderlas de una manera rápida y sencilla; pero podríamos empezar por hablar de los avances tecnológicos de la última década y su influencia directa en la manera de comportarse en las diferentes franjas etarias ante semejantes acontecimientos; quizás este sea el punto de inflexión en donde todo comienza a germinar de una forma casi que imparable, teniendo en cuenta que conforme pasa el tiempo todos los acontecimientos empiezan a suceder con mayor velocidad.

No hace falta ponernos a pensar mucho para darnos cuenta de que antes nos conformábamos en general con mucho menos de lo que lo hacemos hoy en día, la necesidad de encontrarnos todo el tiempo más cercanos al éxito o a la trascendencia a nivel social se transformó en la zanahoria que perseguimos en nuestra cotidianeidad sin cuestionarnos muchas veces ¿qué es realmente el éxito?

 En la mayoría de los casos se lo atribuimos a realidades que estén directamente relacionadas con lo material, a pesar de que sabemos que la historia se ha encargado de demostrarnos que no siempre es así. Tomando este hecho como algo casi que habitual podríamos empezar a entender que ha existido en el último tiempo un claro cambio o corrimiento de los valores que tiempo atrás podíamos enumerar como elementales, asumiendo como valores formas adecuadas de comportamiento ante el resto de la sociedad.

Para generar un cambio en algo tiene que existir una irreverencia por parte de quien lo genera, la búsqueda de patear el tablero y lograr cambiar lo que no conforma siempre existió, pero ¿Por qué en los últimos tiempos se volvió más voraz? Palabras como inmediatez o viral empezaron a sonar más fuerte y en muchos casos son el “leitmotiv” de las nuevas generaciones que buscan estar en boca de todos sin importar si es por una critica o por un alago, ya que de ambas maneras se puede llegar a la exposición pública, simplemente hay que poder discernir si ponerse el traje de bueno o el de malo para la ocasión.

Los jóvenes han marcado esta tendencia y los mas chicos la respetan, el problema comienza cuando intentamos trasladar esta realidad a las personas mayores las cuales tienden a utilizar como primera defensa o reacción, la negación y la crítica. Los tipos de fenómenos que atraen masas terminan por convencer a aquellos que son mas reacios a acceder a ellos; en algún punto surge el cuestionamiento que si tanta gente se acerca a eso debe de existir algo positivo, en definitiva.

En este punto podríamos entrar en la discusión de que puede ser positivo o no y que entendemos como tal, pudiendo llegar a tantas definiciones y conceptos como personas que intenten definirlo. Obviamente que para poder consumir algo y sentirse consustanciado con eso, tiene que existir claramente una identificación o al menos el querer ser parte de, que por naturaleza es más complejo de hacerlo sentir en generaciones que ya cuentan con una formación y una realidad previa en comparación a las nuevas, que su contexto es el aquí y el ahora.

Lo que claramente ha sucedido en el ultimo tiempo y sucede en la actualidad es que el cambio generacional le abrió la puerta a los más jóvenes para poder mostrar e imponer lo que hacen o lo que les gusta, siendo aceptadas o normalizadas muchas de estas propuestas por los mas grandes que en una especie de “refresh” terminan acuñando y dispersando costumbres y terminologías de las nuevas generaciones que no siempre podrían ser las mejores o las que mas le puedan aportar al entorno.

El espacio que encuentran los actores sociales que logran influenciar al resto se los deja la sociedad misma abriéndoles las puertas de sus lugares más personales, llámense redes sociales, canales de televisión, listas de reproducción, etc.

El siglo XXI nos encuentra ante un hecho totalmente histórico que es el de poder consumir y promover lo que realmente queramos dentro de un abanico inmenso de posibilidades, por eso podemos asumir que cada uno llega a donde esta gracias al nivel de influenciamiento que logre tener en la porción de publico al que se desee dirigir, aunque en algunas oportunidades se logra llegar más allá.

 

 

miércoles, 24 de mayo de 2023

LOS EFECTOS DEL NARCOTRÁFICO EN SU LLEGADA TARDÍA AL URUGUAY (EDITORIAL + PODCAST)

 

Desde hace algunos años y quizás cada vez como mayor frecuencia, en el Uruguay empezamos a ser testigos de la normalización de diferentes muertes que se presentan cada día ante la realidad de los demás; ocupando bastos espacios en noticieros, portales de noticias y diferentes medios que nos intentan dar conocimiento de estos hechos de sangre que en su mayoría son bastantes complejos de explicar o de por lo menos intentar darle un sentido ante las miradas ajenas.

Por parte de las autoridades de seguridad a nivel estatal ha empezado a sonar cada vez más como fundamentación ante estos asesinatos el famoso “ajuste de cuentas” que sirve para poder decir que algo paso cuando realmente no saben que fue; tiene contundencia y además suena a que el caso está cerrado y que no va a existir una mayor necesidad de ponerse a indagar sobre el tema; es una manera rápida, fácil y concisa de sacarse una complicación de arriba.

El problema quizás también pasa por el punto de que el país es bastante nuevo en tema referentes a peleas entre narcos, si bien ha ingresado droga a nuestro territorio desde tiempos inmemoriales, la novedad hoy en día pasa por la lucha de las diferentes zonas del país y sobre todo de la capital por parte de los narcotraficantes en la búsqueda de establecerse.

Al formar parte de la dinámica diaria de los diferentes barrios, empiezan a enredar y arrastrar a gente que inicialmente no tenía nada que ver con esto al punto de generar cierta dependencia a nivel económico y de consumo de quien provee los estupefacientes; los problemas empiezan a surgir cuando las situación se les va de la mando en cuanto a deudas o estafas relacionadas directamente con el consumo.

Si bien el Uruguay es un país que parece bastante alejado de otras realidades, estas personas utilizan los mismos código que se manejan en otras partes del mundo que básicamente es que “el que las hace las paga” y no solo el, sino que su entorno más cercano también puede verse afectado por su “mal andar”. Esta realidad sin dudas cambio la forma en que se desarrolla la vida cotidiana en cada lugar en el entendido que muchas veces no tenemos ni idea de cuál es el diario vivir de nuestros vecinos y hasta qué punto nos puede llegar a afectar en nuestra vida como una especie de daño colateral.

Esta situación se complejiza mucho más cuando nos ponemos a hilar fino y nos enteramos de que en muchos casos miembros de organizaciones estatales que deben de velar por nuestra seguridad forman parte de la red de narcotráfico; favoreciendo con esto a quienes ya están integrados en el negocio, pero poniendo en riesgo la integridad de gente que poco tiene que ver con esto ya que el propio enemigo está conviviendo con nosotros, volviéndonos más vulnerables ante esta realidad.

Si por un momento nos cuestionáramos ¿Por qué nos está pasando esto? O ¿Cómo llegamos a esta realidad? Podríamos decir rápidamente que tiene que ver con la falta de trabajo y los altos niveles de deserción de la educación que se vienen arrastrando año tras año; estos dos puntos son factores claves para este tipo de actividades delictivas que ofrecen mucho dinero en poco tiempo; pero quienes deciden entrar en ellas no miden el costo que puede llegar a tener formar parte de un sistema elitista en donde siempre ganan unos pocos que generalmente son los mismos y en el que los hilos con cierta frecuencia se terminan cortando por lo más delgado.

Hace un par de décadas atrás estas situaciones las veíamos en países como México o Colombia y nos horrorizábamos sin siquiera imaginar que años después golpearía a nuestra puerta llegando a ser algo de lo mas habitual. La posibilidad de tener un mayor acceso a diferentes medios de comunicación ha acortado las distancias a nivel global y ha logrado como una especie de efecto colateral la imperiosa necesidad de aumentar el consumo de todo lo que tiempo atrás no nos resultaba tan necesario. El problema surge en el momento que se genera un conflicto entre el querer y el poder y la velocidad real en la que se puede llegar a lo que se desea, que muchas veces no se coindice con la que se quisiera, por lo que en este punto se genera un sentimiento de frustración que muchas veces encuentra una salida en acciones que resuelvan esa necesidad y que no tienen que ver con opciones de las mas adecuadas para la integridad de la persona que se ve metida en esa realidad y para quienes lo rodean.

La efectividad para las nuevas generaciones tiene que ver con lograr lo deseado en el menor tiempo posible, dejando de lado cuestionamientos de tipo moral y haciendo valer en varias oportunidades esa frase que dice que “el fin justifica los medios” de la cual en otras épocas podíamos a llegar a dudar un montón a la hora de ponerla en práctica, teniendo obviamente toda una serie de cuestionamientos morales previos.

De mas esta decir que el camino más fácil no siempre es el más indicado, lamentablemente la búsqueda de acortar los plazos en absolutamente todo parece haberse naturalizado y hoy el que se esfuerza por llegar a algo es visto como un “gil” ya que la consigna es poder obtener la mayor cantidad de objetos materiales posibles en el menor tiempo que se pueda.

Las nuevas formas de vivir el presente comienzan a dejar secuelas que sin dudas las próximas generaciones se encargaran de pagar. La naturalización de la violencia y la muerte genera que todo sea más fácil de destruir. El camino está en reconocer y aceptar que exista una franja de la población que vive en ese mundo que creemos que existe solo en series de Netflix; pero que no nos damos cuenta de que lo tenemos en la casa del vecino.


 

domingo, 23 de abril de 2023

LA CONDESCENDENCIA POLITICA

 

El termino condescendencia muchas veces lo aplicamos a maneras de relacionarnos con nuestro entorno a nivel personal; pero si por un momento, hacemos el ejercicio de transportarlo a otros ámbitos de la vida nos podemos dar cuenta que está presente en casi todo y en los últimos años en especial en las relaciones de tipo político.

Quizás tomando como punto de partida el comienzo del siglo XXI  podríamos decir que se nos ha tornado muy raro poder tener un sistema político en donde se presenten ideas de forma transparentes, con el convencimiento de que se está aportando lo mejor y no, que se contamine de una búsqueda incesante de triunfalismos que busquen como único fin llegar al poder con comentarios y acciones que no dejen de ser para la tribuna esperando ese aplauso, tras la muestra de una condescendencia con el desvalido del momento.

Vivimos en una sociedad en la que cada día se segrega más y con esta división surgen minorías desvalidas de todo tipo. Parece ser que el juego actual de quienes ostentan el poder pasa por demostrar ese entendimiento a los desentendidos y de extender su mano para apoyar sus ideales, aun cuando en el fondo sepan que no son aportes que puedan enriquecer, sumar o que al menos respaldando eso, no se le genera un bien a la sociedad toda en su conjunto.

A partir de este punto es donde nos podemos dar cuenta que el manejo de la condescendencia política logra generar un juego de intereses para dos bandos; el que busca ser escuchado, atendido y ganar estatus a nivel social y el que quiere lograr un cargo o al menos formar parte del poder ya sea en la actualidad o de cara al futuro.

Esta realidad no se distingue de colores políticos, ya que basta con encontrar un posible foco de apoyo y con esto intentar favorecer la visión del resto hacia el objetivo político y con eso da comienzo el juego, que se puede librar a través de los diferentes medios de comunicación o redes sociales y con esto buscar alcanzar la mayor atención posible.

Obviamente que el resultado final y la trascendencia de lo anteriormente mencionado lo terminan dando los consumidores que acceden a este tipo de publicaciones y se hacen participes transmitiéndolas al resto como una especie loop que muchas veces se termina distorsionando en el camino inventando nuevas variantes de la primer realidad mencionada.

 

 

 

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