domingo, 9 de noviembre de 2014

CLASICO URUGUAYO IMAGEN DE UNA SOCIEDAD EN DECADENCIA



Se jugó un nuevo clásico entre tricolores y aurinegros, pero más allá del resultado se pudieron observar otro tipo de cosas.

Muchas veces nos quejamos cuando vemos reiterados hechos de violencia, todos los días cuando salimos a la calle y nos quejamos de la inseguridad, muchos hasta buscaron soluciones proponiendo la baja de la edad de imputabilidad, pero cuando enfrente de nosotros tenemos un espectáculo tan masivo como un clásico, lo mínimo que podemos esperar es que transcurra en paz y que los jugadores que en muchos casos son referencia, de generaciones menores demuestren que simplemente es un juego y nada más.

Desde el arranque del partido y  en cada jugada la violencia estuvo plasmada en cada falta y cada corte de juego que hizo que el partido fuera bastante denso. 

Después tuvimos diferentes incidencias en las cuales estuvo a punto de perderse la cordura en absoluto, como por ejemplo en la salida de Pacheco y su demora, para entregar el brazalete de capitán que género el enojo de los jugadores tricolores que lo quisieron empujar ellos mismos hacia afuera, fue en ese momento que apareció Macaluso para sacarlo. Pacheco que hasta ese momento había convertido el único gol del partido se fue lentamente y saludando a su parcialidad, quizás en gesto que se puede tomar como una demostración de superioridad frente a la afición tricolor.

Más tarde llego, la falta de Damián Macaluso que determino su expulsión, haciendo volar por los aires a el jugador de Nacional Fernández, hubo faltas empujones e insultos de todo tipo que la cantidad de cámaras presentes en el estadio pudieron captar, pero quizás la acción más repudiable de todas fue la invitación del arquero Migliore, hacia un jugador de Nacional a pelear, mostrándole que se sacaba los guantes de arquero y que podían pelear ahí mismo, por suerte para todos simplemente quedo en una invitación.

Más tarde fue expulsado Santiago Romero por convertir también una infracción subida de tono. Dejando a ambos equipos con diez jugadores y equiparando las situaciones. No cabe dudas que podríamos hacer un análisis futbolístico de todo lo que sucedió (si hubieran jugado a algo) pero me parece que es más trascedente que muchas veces nos quejamos de cómo está la sociedad uruguaya de violenta, pero consumimos violencia permanentemente cuando prendemos la televisión, inclusive a la hora de mirar un partido de futbol como este.

Si desayunamos violencia, almorzamos violencia y cenamos violencia, es obvio como nos vamos a manejar en la vida, obviamente que de un partido como este cada uno hace la lectura que quiere, yo en el medio del aburrimiento que me produjo, pude observar esto, la decadencia de una sociedad plasmada en el partido más importante de su torneo local.
Gabriel Cortazzo

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